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Nitoniko y sus Rayos y centellas

Por Sandro Maciá.

Me repugnan los artistas sobrevalorados que no tienen que realizar esfuerzo alguno para seguir sacando discos. ¿Qué narices tiene eso que ver con el verdadero sentido de la creación? Ay, Warhol, si levantaras la cabeza… Ay, Cobain, si no te hubieras ido tan pronto…

No. Conmigo no va el rollo ése de marcar un estilo y sacar tres hits anuales con idéntica estructura y algún que otro acorde cambiado o dos o tres gorgoritos nuevos en los coros. Eso, para quien quiera ruido de fondo en su vida. Por mi parte, si de arte se trata, prefiero seguir creyendo que la innovación y el esfuerzo no deben faltar.

Quizás por eso me alegré tanto cuando volví a oir hablar de Nitoniko, aquél proyecto que comenzó el valenciano Juanjo Pedro junto al productor anglo-portugués Paulo Murphy y que irrumpió en la escena pop allá por 2010 de una forma tan sigilosa como fresca, pues ellos son el ejemplo perfecto de esta conjunción de innovación y esfuerzo, cualidades que les han llevado a demostrar que siguen en pie de guerra y el modesto impacto promocional que vivieron con su primer disco -Selva de mar (Autoedit. 2010)- no ha detenido sus ganas de defender su pop electrónico y su característica combinación de voces y capas de coros.

De hecho, del empeño y el esfuerzo –además de los éxitos que han ido cosechando- nace Rayos y centellas (Brave Coast, 2013), un trabajo que verá la luz en junio y que, mezclado por el productor Alex Ferrer “Sidechains” (Dorian, Delorean, We are Standard) y masterizado por Mike Marsh (Björk, Lykke Li, Depeche Mode), incluye 11 canciones que ahondan en la intimidad y en un paisajismo sonoro que se vuelve más oscuro y eléctrico que el mostrado en su primer álbum.

Grabado durante 2012 en los estudios Blind Records, Rayos y Centellas mantiene el estilo de su predecesor y respeta su estética sonora de electro-pop, bebiendo de nuevo de las influencias de Dorian o Astrud, entre otros “cabezas de cartel” del género. Sin embargo, ahora se nota que la preocupación por los detalles está más presente y que, más allá de la conceptualización que puedan sugerir los evocadores títulos del tracklist (Infinito, Presente, Calma…), estos chicos vuelven con ganas de seguir la estela que generaron cuando su videoclip “¿Por qué? Porque…” se coló en el Top 20 de MTV España varias semanas o cuando su disco Selva de Mar fue escogido por los lectores de Rockdelux como uno de los más recomendables del 2010.

Con Nitoniko vuelve la esperanza de que no todo estaba ya hecho: vuelve el minimalismo de unas bases que dejan el protagonismo a la voz y al verso, a la atmósfera en sí misma. Siéntense y déjense abrazar por cada palabra.

 

 

 

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