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El ocaso de UpyD

Por José Luis Sola

Memorias Europeas. Mi traición a UPYD, es el nuevo libro de Sosa Wagner que invita a reflexionar sobre dos temas de importancia, Europa, uno de los temas que ya he tratado en otras reseñas durante estos años y el de la organización interna de los partidos políticos. En la reseña de hoy me voy a extender sobre este segundo punto por su rabiosa actualidad y es que desde hace unos meses asistimos a la posible desaparición de UPYD.

Se decía que UPYD era el partido de la regeneración política, pero un ávido lector se preguntará rápidamente cómo puede un partido político buscar la regeneración política de un país si su presidenta (Rosa Díez) lleva en política desde el año 1979 ejerciendo cargos en diferentes instituciones, primero como representante del PSOE y desde 2007 en UpyD.

Pero el ocaso de UpyD no se debe a el trabajo de su Presidenta, sino al poco atino político, los militantes no entendieron cómo no se buscó con mucho más ahínco el pacto con Ciudadanos, formaciones políticas que podían converger, no sólo por sus postulados contra los nacionalismos periféricos sino por la similitud en sus orígenes y es que tanto Rosa Díez como Ciudadanos estuvieron cercanos en la Plataforma cívica de Ciudadanos de Catalunya.

En segundo lugar, creyeron los miembros de la dirección que UPYD seguiría en constante crecimiento de votos, pero la realidad es muy diferente. En las últimas Elecciones Municipales, ha desaparecido del mapa, consiguiendo sólo 129 concejales de un total de 67611, no ha consiguido ningún diputado en ninguna de las 13 Comunidades Autonónomas a las que se presentaban. En el caso de Valencia, el candidato a la Generalitat Valenciana, Toni Cantó, (elegido en primarias), dejó ese puesto pocos días antes de presentar las listas para que no hubiera tiempo material a elegir otro candidato en condiciones.

El uso poco ético de algunas redes sociales y la falta de rigor han agitado agrias polémicas, pongamos por caso el ya referido Toni Cantó, diputado por Valencia, que afirmó por Twitter que “La mayor parte de las denuncias por violencia de género son falsas. Y los fiscales no las persiguen. Las estadísticas son sesgadas”, tal y como se comprobó posteriormente el número de denuncias falsas por violencia de género es de un 0,005%.

Echar la culpa de todos los males de UPYD a la Ley Electoral también es un error grave porque con esa misma ley, las candidaturas de unidad popular auspiciadas por Podemos han obtenido muy buenos resultados en Madrid y Cádiz, y no digamos en Barcelona donde han sido la fuerza más votada, es la misma Ley electoral que en la Comunitat Valenciana ha dado como resultado un Parlamento plural conformado por 5 fuerzas políticas (PP, PSOE, Compromís, Ciudadanos y Podemos), es la misma ley que en el Parlamento de Andalucía permitió la entrada de Ciudadanos con 9 escaños y Podemos con 15.

Sin embargo, la dirección de UPYD no se ha preguntado si ha sabido canalizar las demandas de la Ciudadanía o si sus acciones no atraen a los electores puesto que éstos buscan mayores cotas de participación política. Afirmar que los andaluces no han sabido votar suena más a excusa de mal perdedor, pero Rosa Díez en esas es experta, dejó el PSOE cuando no llegó a la Secretaría General y montó UPYD para satisfacer su ego personal, ahora el problema es que tiene difícil volver a ser Diputada y tendrá que buscarse otro trabajo, pero ¿en qué? Ella, la de la regeneración política, ha sido concejal, Diputada en las Juntas Generales de Vizcaya, Diputada del Gobierno Vasco, Diputada en las Cortes Generales, Diputada en el Parlamento Europeo y Consejera del Gobierno Vasco.

Francisco Sosa Wagner , además de lector empedernido, es jurista, catedrático y escritor español que entre el año 2009 y el año 2014 fue Diputado en el Parlamento Europeo.

 

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