UA101349465-1

El dinero es el consejero del diablo y todos bailarán a su son.

Por Vanessa Díez.

Los últimos cinco años han sido como una vuelta a los orígenes. Una casa de campo vieja con algo de tierra sin aprovechar y algunos animales que cuidar. Una casa con mucha vida a sus espaldas, la construyó mi abuelo con sus propias manos y le iba haciendo él mismo los arreglos, menos los últimos años en que el cáncer le quitó las fuerzas y la bomba de oxígeno mermó su independencia. La casa de mi infancia era la de mi abuela, que también tuvo que ver en ella mi abuelo, al comprarla y arreglarla, pero tras la falta y la obligatoria separación ya nada fue lo mismo. Todo cambió y sus testigos cuentan cada uno su propia versión de los hechos. Seguramente la casa familiar, la de mi abuela, sería la más fiel al recordar qué paso. Nos diría cuál fue el motivo por el que el matrimonio se distanció, si fue la madre de mi abuela, si fue la única sobrina de mi abuela, que se convirtió en amante de mi abuelo, quizá el matrimonio ya no era el mismo cuando sucedió el adulterio, nunca lo sabremos. Entre aquellas paredes quedan muchos secretos. Los hijos vieron retales, entre sombras, para hacer su propia condena, sin perdonar el pecado del padre ni tan siquiera tras su muerte. Que no descanse en paz. Que todo se lo lleve el diablo. Ahora por una miseria a repartir de la segunda casa la herencia sin resolver. El dinero es el consejero del diablo y todos bailarán a su son.

En La cámara verde de Martine Desjardins también encontramos una familia que termina sus días de forma trágica por culpa de la codicia. El dinero será la única religión y si no existe será la locura y la perdición la que se propague por cada rincón de la casa. El abuelo, pieza fundamental, será el que con su hábil negociación conseguirá sacar a sus hijos de la miseria, convirtiéndolos en señores con propiedades, sino hubieran sido unos humildes labriegos. Tras amasar la fortuna la pasará a manos de su hijo primogénito y un dinero a su hijo pequeño para que inicie su negocio, el cuál caerá en desgracia y morirá joven. Aquí comienza la maldición de los Delorme, pues tras desposeer de la herencia al vástago construirán la casa familiar más suntuosa del Enclave y allí tendrán la cámara verde, donde guardar el tesoro, cámara acorazada que da título a la novela, siendo realmente la clave a resolver.

La casa parlante se convierte en un gran personaje creado por Desjardins. Es ingeniosa y los momentos con más gracia tienen que ver con ella, se encuentra abandonada y sin una pizca de cariño. Nos cuenta la historia de la familia desde sus inicios, siendo partícipe de su caída en desgracia, al no evitar parte de los acontecimientos y provocando alguna que otra tragedia. Las adicciones y los excesos dejarán de ocultarse. La policía entrará para llevarse a una mujer muerta que hay en el sótano. La casa es nuestro mejor testigo.

La cámara verde es la quinta novela de Martine Desjardins. Obtuvo el prestigioso Premio Jaques-Brossard. Se considera su mejor obra hasta el momento. Muy recomendable.

Share This