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“Cómo sobrevivir con un corazón maldito”

Por Ana Olivares

Esta semana os presentamos una novedad en novela negra de mano de Frank Thilliez, autor de thrillers más importante de Francia.

Gracias a su famosa serie policíaca con títulos como El síndrome E, Gataca o Atomka; la famosa pareja de detectives Franck Sharko y Lucie Hennebelle regresan con un nuevo caso en Latidos.

En esta ocasión, su caso se entrecruza con la historia de Camille Thibault. Una policía del norte de Francia que sufre horribles pesadillas desde que recibió  hace tiempo un trasplante de corazón. En ellas aparece siempre la misma mujer pidiéndole ayuda. Desesperada porque su cuerpo rechaza este órgano maldito, su única obsesión consistirá en averiguar la identidad de ese donante anónimo que al parecer fue un asesino en vida. Y pese a que los médicos se niegan a ofrecerle dicha información, removerá cielo y tierra para averiguarlo.

Mientras tanto, lejos de este escenario de acción, Franck Sharko inicia una espeluznante investigación. Tras la caída de un árbol por una tormenta, han encontrado un zulo en el que permanecía una mujer encadenada. No saben cuánto tiempo ha estado soportando esas penosas condiciones, pero deducen que mucho, ya que esta es incapaz de articular palabra u ofrecer alguna pista acerca de los sádicos que la mantuvieron enterrada como un animal. Con su pareja Hennebelle apartada del servicio, Sharko trata de dar con las pistas de lo que parece un caso de dimensiones mayores a las de un asesino aislado. Se trata de la muerte de doce jóvenes y la única conexión aparente es la propia mujer ciega que encontraron en el zulo…sin embargo, le sucede algo muy extraño, a cada paso que da se da cuenta de que la policía Camille va un paso por delante de él…Con un argumento de este calibre es difícil resistirse a leer.

En realidad, Franck Thilliez sabe jugar perfectamente con el morbo que produce hacer un recorrido por la oscuridad del alma humana. Un mundo tan macabro y oscuro que agradecemos que sea posible sólo en la ficción. Las investigaciones policiales, el seguimiento de pistas que nos ayudan a atar cabos y los pasos que se dan hacia los desenlaces son los puntos fuertes de la novela. Al igual que una pareja de detectives protagonista que resuelve distintos casos en la saga y que poseen personalidades atractivas que nos incitan a querer saber acerca de sus vidas personales. Sin embargo, la multiplicidad de temas que se enlazan respecto a los asesinatos y al “corazón del asesino” en cuestión ralentizan un poco la trama, dejándonos una expectativa mayor.

A veces jugar con estas cartas es peligroso, ya que en ocasiones no acaban cumpliendo nuestros deseos como lector. Esto acaba sucediendo con la mayoría de las sagas donde esperas que el próximo capítulo sea aún más emocionante que el anterior.

En este caso ha cumplido en parte, ya que recordando la reseña que hice hace un año de su anterior novela: Paranoia, me doy cuenta de que en esta ocasión Thilliez se ha dejado llevar más por el rigor de la investigación policial que por el terror y misterio que acostumbran tener sus novelas, por lo que esta es más detectivesca.

Dejando a un lado mi opinión personal – al fin y al cabo sólo una opinión -, tenemos una novela interesante, llena de preguntas por contestar, en la que cabalgan en paralelo dos pesos pesados de la investigación, con una resolución sorprendente que nos ayudará a meternos de lleno en su lectura.

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