Por Vanessa Díez.
Coco fue única. Mujer de carácter fuerte, luchadora ante la adversidad para salir a flote ante la desgracia que rodeaba su niñez. Tras morir su madre, su padre abandona a sus hijas en un horfanato con la promesa de que volverá. Nunca viajó a América para hacer fortuna, su progenitor no salió de Francia, las dejó en el camino sin más. Se hizo a sí misma, aunque por el camino endureció su carácter, fue el precio a pagar por la dura lucha.
Shirley MacLaine es Coco en su etapa madura, donde empieza la mini serie para hacernos comprender por qué nunca se rendía, aunque hiciera mucho tiempo que Chanel era sólo un nombre para su legendario perfume. Ella se propuso regresar y nadie podía impedírselo. A través de los feedbacks viajamos con Barbara Bobulova, Coco en su juventud, para apreciar los duros comienzos y la etapa de la guerra.
La serie nos ofrece más detalles que la película sobre la vida de Coco Chanel desde la relación con su hermana, la gente que siempre la acompañó, los aciertos durante la época de entreguerras o su dureza para protegerse tras la pérdida del amor de su vida.
El mito siempre será un misterio, pues Coco sentía debilidad por la mentira. Maquillaba su realidad, la ficción era mejor.