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Por Vanessa Díez.

 

Después de disfrutar con el libro de Kathryn Stockett no quedaba otra que ver su adaptación a la gran pantalla. No es totalmente fiel a la novela, pero el de Tate Taylor es un buen homenaje que nos ayuda a imaginar a los personajes en su época. Así que si todavía no habéis ido al cine para verla, no se a que estáis esperando, la verdad. Poder ver a los personajes en aquella época que nos es tan lejana, tanto por espacio como por tiempo, descubrir a Skeeter y ver cómo su personaje crece dándose cuenta de las desigualdades sociales en las que había vivido inmersa toda su vida hasta ese momento y su lucha para que todo eso cambie, dejando atrás la que había sido y todas las convenciones sociales de su entorno que la habían subyugado a vivir según el que dirán imperante y no como ella quería hacerlo. Se libera para volar libre.

Claro está la película está hecha de un puzzle de grandes actrices. Emma Stone (Skeeter), Viola Davis (Aibileen) y Octavia Spencer (Minny) son el trío protagonista. Dos mujeres negras encuentran un camino liberador gracias a una jovencita blanca. Lo mejor es ver la relación que se desarrolla entre ellas, cosa impensable en la época.  Jessica Chastain sorprende con un rubio a lo Marylin, siendo la Sr. Celia, un personaje en apariencia simple que tiene todo un trasfondo de dolor, siendo una mujer que no contempla las desigualdades sociales y no comprende a las otras damas.

Divertida y entrañable. Se nos ofrecen situaciones que os harán olvidar por un momento los problemas, como siempre hay una pequeña venganza que castiga a la mala, en este caso, la líder. Y dentro de lo tierno, algo que en el libro no se contempla, la madre acabará estando orgullosa de la hija, además se lo dirá. A todos nos gustaría escuchar esas palabras tras una aventura de este calibre. El futuro se abrirá lleno de posibilidades al final, siempre hay esperanza.