UA101349465-1

Por Vanessa Díez.

Por si cara a fin de año no estáis para felicidad enlatada y sacos de la risa. Os traigo Cartas de amor y desamor  de Espido freire. Un análisis fuera del tópico estrictamente romántico, ya que asegura que es una lástima que no nos eduquen para la relación de pareja porque, afirma, no se puede amar a otro si se está en malas condiciones. Si uno no está bien no puede estar preparado para cuidar a los demás. Mediante seis cartas nos habla de amor y desamor. Son tres cartas de amor y tres de desamor, con protagonistas diferentes, y no hay orden en la lectura, de la ilusión a la ruptura o a la inversa, parece que daría más esperanza. Las escribió para la obra de teatro Bolero, dirigida por Edith Salazar (2007). No son autobiográficas, aunque muchas de las ilustraciones representan sus propios recuerdos.

En cierta medida nos hemos creído según qué cosas y creo que nos han contado muchas mentiras acerca del amor. En su opinión, la concepción occidental del amor se basa en la sublimación de la pasión irreprimible, es decir, los amores más hermosos son los más irracionales y los que han de superar más obstáculos. Entiende que enterrarse en ese modelo es ser muy desgraciado porque la persona que te puede hacer feliz puede hacerlo aunque vayas despacio y la observes.

Reflexión es una carta que muestra el proceso de enamoramiento, una alteración transitoria de la conciencia. Estamos muy mal enseñados en temas amorosos,  generalmente se antepone a la otra persona antes que a la relación en sí misma y el egoísmo impide que se cree una relación real y nos enamoramos sin darnos la oportunidad de conocer a la persona.

Las cartas hablan también de la incomunicación y de cómo resulta más fácil escribir lo que no se puede decir, por la intimidación del otro o por bloqueos emocionales. Las mujeres a las que da voz se enfrentan al vacío de la ausencia, algo que hay que afrontar para sobrevivir. Así que no hay nada mejor que conocerse a uno mismo para después dejar espacio de forma sana a los demás en nuestro espacio vital, escuchar y ser escuchados. Eso debería ser la vida y la convivencia, aunque en estas fechas se obligue a compartir hay que sembrar día a día para que nada sea forzado, helado y sin sentimientos.

Share This