Por Vanessa Díez.
La película está basada en la novela para niños El maravilloso mago de Oz de L. Frank Baum, en la cual una joven estadounidense es arrastrada por un tornado en el estado de Kansas y dejada en una fantástica tierra donde habitan brujas buenas y malas, un espantapájaro que habla, un león cobarde, un hombre de hojalata y otros seres extraordinarios.
El mago de Oz (1939) estuvo maldita desde el principio: primero, el primer actor que daba vida al hombre de hojalata tuvo que renunciar al puesto por una reacción alérgica causada por la toxicidad del maquillaje. Luego, el perro protagonista fue pisado por uno de los guardias de la bruja y fue sustituido. Además, la bruja del Oeste sufrió graves quemaduras y, más tarde, su sustituta se lesionó a causa de una explosión producida en el palo de su escoba. Protagonizada por Judy Garland, actriz y cantante, que recibió numerosos premios a lo largo de su trayectoria (el Globo de Oro, el Cecil B. DeMille, el Grammy y el Tony).
Es uno de los iconos gays según una encuesta de OnePoll públicada en 2009, por la magia de El Mago de Oz, pero también por los símbolos de muchas películas que realizó como Meet Me in St. Louis (1944) o The Clock (1945). La fragilidad y la fuerza en los personajes que encarnó y su vida siempre al límite también ayudaron a crear el mito. Tuvo problemas psicológicos y financieros como adicciones. Estuvo casada con el director de cine Vincente Minnelli, con el que tuvo una hija, la también actriz y cantante Liza Minnelli. Llevando una vida en lucha contínua, murió prematuramente en 1969 a la edad de 47 años.
El American Film Institute la ha catalogado entre las 10 más grandes estrellas femeninas en la historia del cine.