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Por Vanessa Díez.

Esta va a ser la etapa de Elena Anaya, lo ha dicho. Con La piel que habito la convierte en la musa de al menos unas cuantas películas. La compara con la Victoria Abril de los mejores momentos,ya que se crece ante las dificultades. Además reconoce la belleza de su cuerpo, siendo una mujer angulosa y su saber estar con el equipo, la alegría personificada. Es su momento.

«Encontrar un director que tiene los huevos de plantear estos universos y de seguir explorando, y planteando preguntas, no tiene precio, y no sé si España lo va a saber agradecer ahora, pero al Pedro que se ha logrado metabolizar, al de las películas de los años 80 que originaron en su momento una hecatombe, le ocurrirá lo mismo, lo vaticino con La piel que habito» (A. Banderas).

 

Para Antonio Banderas el público español tardará veinte años en digerir la última película de Almodovar, puede que tenga razón. Según dicen es la menos almodovariana, pero no es así, como él mismo afirmaba en el documental Almodovar íntimo es la prueba de su madurez, pero sigue dejando su marca, ya no esperen ver personajes excéntricos y coloristas como en otras épocas, pero el concepto es totalmente suyo. A nadie se le habría ocurrido resolver las escenas como lo hizo él. La piel que habito es una gran venganza y lo más interesante, les hará pensar por si no hay costumbre.

«Se ha vuelto más sobrio, más austero, minimalista, ha depurado mucho su estilo y en los contenidos se ha vuelto más complejo, más profundo» (A. Banderas).

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