Hacía tiempo que no sabíamos de ella, pues está centrada en ir de un lado a otro del Atlántico. Fue la Carmen de Aranda, puede que por ello la empresa alemana de chocolates Lambert la eligiera para recrear en su calendario el mito de Carmen de Merimé. Vivacidad, seducción, atracción y sensualidad en el calendario Lambertz, repleto de belleza femenina para vender un producto que está relacionado con el placer, siendo uno de los afrodisíacos estrella, pues siempre se ha dicho que el chocolate es el sustituto del sexo. Entre las imágenes se pueden ver retazos de cuerpos casi desnudos que visten símbolos de nuestra cultura, rostros con rasgos característicos se mezclan con otros que no simulan a la mujer de la zona, pero la imagen que ha hecho saltar la polémica ha sido la de mayo en la que se ve a Paz Vega con tan sólo una mantilla sobre su cuerpo, a través de ella se puede ver cada centímetro, sobre el reclinatorio en el que simula estar orando ante la imagen de la Virgen de la Encarnación. En agosto se repite el mismo tipo de imagen con dos modelos prácticamente desnudas sobre sus reclinatorios ante una imagen sagrada, pero ninguna de las dos se conoce por estas fronteras, por ello se salvan de la quema. En España era de esperar, con la iglesia hemos topado.
La noticia saltó en los medios desatándose la polémica, después se hicieron eco de las disculpas de la actriz, que dijo: He visto las fotos, es un reportaje precioso. Las fotos son muy bonitas, artísticas. No he querido ofender a mi gente, lo he hecho con cariño en homenaje a mi tierra y a mis tradiciones. Ahora hasta la empresa Lambert se ha disculpado: Nunca ha sido nuestra intención afrentar ni ultrajar a los fieles de la Virgen de la Encarnación ni a otros creyentes de ninguna manera. Las imágenes fueron siempre concebidas como un homenaje a la patria de la actriz Paz Vega y sus tradiciones, y sin ninguna intención de ofender a los profesantes de cualquier fe o religión.
En Gerena, el pueblo sevillano donde se hizo la sesión fotográfica no les ha hecho mucha gracia todo este revuelo mediático, uno no elige cuando llega su minuto de fama. La responsable es la hermandad que custodia la virgen, la cual se excusaba diciendo que no sabía el tipo de imágenes que se iban a realizar; pero la empresa alemana se defiende afirmando que el propietario en ningún momento puso cortapisas, definió limitaciones, ni ejecutó ningún tipo de censura. Si los responsables de la capilla nos hubieran informado de ello, por supuesto hubiéramos seleccionado otra ubicación para realizar estas imágenes. En Alemania no ha habido tanta polvareda. Se podrían haber negado. La hermandad no hará declaraciones, consultan con sus abogados.
Cuesta creer que se haya generado tanta polémica por una imagen como esta, pero no habría que dudar pues todavía en muchos rincones de la península se practica la fe cristiana como desde antaño se ha hecho. Carmen Bellver nos ofrece una postura conservadora del tema, aunque comparto con ella la opinión sobre las ventas que acompañarán al remover de esta manera los medios y el morbo que suscitarán las imágenes que de otra manera habrían pasado desapercibidas. Se ha posicionado el calendario de manera contundente a través de la publicity proporcionada por el supuesto desacuerdo entre la hermandad y la marca. También es cierto que no es nueva la relación entre arte y profanación, ya todo está inventado. La verdad en el mundo en el que vivimos pudor ya no queda, todo ha sido profanado y uno sólo puede pretender ser responsable de sus actos. Los iconos religiosos serán reutilizados como ya lo han sido en el arte a través de la historia, la creación pasa en muchas ocasiones por la crítica que alcanza también la provocación, pero en otras puede ser tan sólo la plasmación del cuerpo femenino, tan utilizado desde el principio por la publicidad para conseguir sus objetivos en ventas.
A Paz Vega desde el año pasado con la desastrosa Don Mendo Rock ¿La Venganza? que no la habíamos visto. Atrás quedan Teresa, el cuerpo de Cristo, Hable con ella o Lucía y el sexo, por la que se haría famosa. En todas ellas muestra su cuerpo, pero también entre su filmografía están personajes como los de Sólo mía o Spanglish, en la primera da vida a una mujer maltratada y en la segunda a una inmigrante. La lástima es que sus últimos trabajos han sido la mayoría fuera de nuestras fronteras y tan sólo se la recuerda por las imágenes en bikini en la prensa rosa al analizar su peso tras cada embarazo. Ahora será María Magdalena en la miniserie Las dos marías.