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Por Vanessa Díez.

Shirley MacLaine y Jack Lemmon hacían una pareja entrañable. No eran el prototipo de belleza, eran más bien el hombre y mujer de a pie. Sus personajes eran de gente corriente, como todos nosotros. Por ello, aún nos siguen llegando sus historias. El apartamento e Irma la Dulce siguen emocionando, no importa que el gran Billy Wilder las hiciera en los 60, sus guiones eran geniales. Por ellas no pasa el tiempo.

Su primera película fue Pero…¿Quién Mató A Harry?, de Alfred Hitchcock, en 1955. Un gran debut que auguraba un largo camino en la interpretación, ya que nunca sería bailarina. Cuando bailó siendo el hada madrina en Cenicienta se rompió el tobillo, mientras calentaba entre bastidores. Se ató con fuerza sus lazos de los tobillos a sus zapatos de punta descubierta y continuó con el espectáculo. Después de acabar, llamó a una ambulancia. Es una mujer de fuerte carácter y con gran entrega, nada se interpone en su camino.

Por El Apartamento ganó un BAFTA y un Globo de Oro. En 1963 Irma la dulce le dio otro Globo de Oro. Fue una prostituta, un personaje pensado originalmente para Marilyn Monroe. Al fin consiguió el Oscar por La fuerza del cariño en 1983. Los premios a toda una vida de trabajo ya han llegado.

A sus 77 años todavía sigue en activo. Una de sus últimas apariciones fue la teleserie Coco. En la que interpretaba a una madura Coco Chanel que seguía luchando, como ella. Es la rencarnación de una princesa inca que hizo el Camino de Santiago.