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Por Vanessa Díez.

La ventana indiscreta, Crimen perfecto o Atrapa un ladrón sitúan a Grace Kelly como una de las rubias de Hitchcock, una de sus musas. Fue un amor platónico para el director, se obsesionó con ella, y no le hizo gracia que se casara para abandonar su carrera en Hollywood, aunque se convirtiera en princesa en el día a día y dejase de ser ficción todo aquello que proyectara. Grace vivió varios romances, actores que fueron parte de sus películas, como Clark Gable, William Holden, Bing Crosby o Cary Grant.

Uno de sus amantes fue su profesor de arte dramático, Don Richardson, quien afirma sobre ella en The Secret Lives of a Princess, de James Spada: «Empecé a ver en ella otro aspecto de su naturaleza, era fría como el acero. Arrasaba como un tanque en el camino que se había señalado. Y lo que puso fin a nuestro romance fue cuando empezó a interesarse por gente indeseable, indignas para ella. Comenzó a salir con el maitre del Waldorf, porque estaba relacionado con gente de la alta sociedad y conocía muchos famosos. Más tarde se convirtió en su amante. Una noche salió con Ali Khan (esposo de Rita Hayworth). Entonces ella vivía en el East Side, me llamó para invitarme a cenar. Durante la cena me mostró un brazalete de oro y esmeraldas. Lamentablemente lo reconocí. Conocía a varias chicas que tenían uno igual. Cuando Ali Khan salía con una chica, le regalaba una pitillera con una esmeralda, pero cuando la follaba, le regalaba el brazalete. Aquella noche terminó para siempre nuestro idilio y nuestra amistad. He sabido posteriormente que desde el regalo del brazalete, fornicaba con todo aquel con quien se relacionaba y que estuviese en condiciones de hacer algo por ella. Se acostaba con agentes, productores, directores… Lo verdaderamente triste es que ya no tenía necesidad de hacerlo, porque entonces ya era una figura famosa y estaba bien situada en el mundo del cine.» En un artículo de la revista Confidential se decía: «Tras esa apariencia de frialdad arden las brasas…En el Hollywood de los chulos y las fulanas, una dama es una rareza. Eso hace de Grace Kelly la mujer más peligrosa del cine contemporáneo.»

Con afirmaciones como éstas cambiaría la imagen que se tiene de ella, pues como le decía su madre «ser el triunfo de las apariencias sobre la realidad», pues una mujer no podía ser tan liberal como un hombre en aquellos tiempos, debía mostrarse recatada y sumisa, aunque tuviese necesidades y deseos. Tan sólo fueron cinco años en la meca del cine, pero consiguió con La angustia de vivir un Oscar.

Además Atrapa un ladrón marcaría su vida, pues fue cuando Rainiero empezó su cortejo. Su última película fue Alta sociedad, Rainiero le impuso como condición abandonar la ficción, pues sus papeles del pasado eran incompatibles con el papel que tendría que desarrollar en el futuro. Alguno de sus amantes dijo de ella: «Era una mujer normal, con apetencias, pasiones y desviaciones. Al comprometerse con el príncipe Rainiero de Mónaco todo fue presentado como un cuento de hadas, siendo la realidad una historia de pasión más que amor». Grace dio su explicación: «Yo no era feliz en mi vida personal. Quería casarme, así que tomé mi decisión y nunca me he arrepentido». Además la dote que aportaba era de dos millones de dólares.

Grace Kelly murió en un accidente de forma trágica. Iba conduciendo su coche junto a su hija, Estefanía, que tenía entonces 17 años, por la misma carretera que aparece en Atrapa a un ladrón, donde Grace y Cary Grant hacen un picnic, parece que esta película también marcó su muerte. Fuentes no oficiales han dicho durante años que era la hija quien conducía, que ambas discutieron y la conductora acabó perdiendo el control del vehículo. Parece ser que hubo un testigo. Grace no se salvó, pero Estefanía sí. En 2002, en una entrevista Estefanía enfrentó los rumores sobre este doloroso suceso afirmando que «yo no estaba conduciendo el auto, eso es seguro». «De hecho, fui arrojada al interior del auto al igual que mi madre, quien resultó catapultada al asiento trasero».

Pero la familia está rodeada de rumores, el glamour no quita el dolor. Parece que sufren una maldición, según la cual ningún miembro de la familia Grimaldi podrá disfrutar de un matrimonio feliz. A Oleg Cassini le dijo Grace sobre Rainiero: «Aprenderé a amarlo». Grace vivía el cuento de hadas de cara a la galería. Se ocultó su lucha por integrarse en la familia monegasca, por ser aceptada por el país, su soledad, sus frustraciones creativas, la rebelión de sus hijos, los problemas en su matrimonio, … el alcohol fue su gran aliado. Las historias se reforzaron tras su muerte y con los matrimonios que sus hijas han ido acumulando con el paso de los años, además su hijo, el que fue durante años el eterno soltero del que llegó a decirse que era gay porque tardaba una eternidad en pasar por el altar con la elegida, también ha estado rodeado de rumores acerca de la inestabilidad de su matrimonio.

 

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