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Por Vanessa Díez.

«Vivimos solo una vida, pero yo he vivido cientos, totalmente diferentes: he sido princesa, puta, aldeana… eso es fantástico. Pero, para hacer este trabajo, necesitas ser muy fuerte por dentro; si no, pierdes tu identidad. Tienes que ser otros solo enfrente de la cámara. Luego debes seguir siendo tú. Es muy peligroso este trabajo». Su primera película Goha fue con Omar Sharif. Aunque al principio no quería hacer cine, porque pensaba que era fea. Fue junto a Sophia Loren una de las bellezas voluptuosas de la época que hacía soñar a más de uno. Por ello llegaron a compararla con Sofía Loren o Gina Lollobrigida. Al parecer su voz era ronca, hecho que no encajaba con la imagen de sex symbol que querían vender de ella, por ello era doblada en sus películas hasta que Fellini lo cambió. Trabajó con grandes directores como Fellini, Visconti, Comencini y Sergio Leone. Los 60 fueron su mejor época con títulos como El bello Antonio (1960) de Mauro Bolognini, La chica con la maleta (1960) de Valerio Zurlini, Rocco y sus hermanos (1960) de Luchino Visconti, Las pícaras doncellas (1961) de Ralph Thomas, Cartouche (1962) de Philippe De Broca, 8 1/2 (1963) de Federico Fellini, El gatopardo (1963) de Visconti o el western Hasta que llegó su hora (1968) de Sergio Leone, donde trabajó con Henry Fonda y Jason Robards.

En su momento no estaba interesada en abandonar Europa para conquistar el sueño americano, no dominaba el idioma y prefería no estar lejos del hogar durante demasiado tiempo. Aún así realizó algunas producciones con John Wayne, Rita Hayworth, Rock Hudson, Burt Lancaster o Tony Curtis. Hollywood no la echizó; pero la estuvo tentando.

De 1963 a 1993 pueden pasar muchas cosas. Tenía 25 años cuando hizo La pantera rosa y a los 54 años apareció en El hijo de la pantera rosa. Su última película fue El artista y la modelo (2012) de Fernando Trueba. «Trabajar con Trueba ha sido una experiencia fabulosa. La película es como un cuadro, hermosísima […] Ha creado una atmósfera única. La rodamos en el Pirineo francés y el español, en unos lugares muy bellos. Aída [Folch] está espléndida. Pasa casi todo el rodaje desnuda. Yo nunca me he desnudado en una película. Pero ella lo hace muy bien».

Su belleza ya no es la misma, la madurez ha dominado sus facciones, sólo el pasado retiene las pruebas de lo perdido. Tiene 74 años. «No se puede detener el tiempo, intentarlo es ridículo. Yo nunca he querido operarme de estética. La gente parece igual de vieja, pero con la boca hinchada o la cara torcida. Mi secreto es otro, me lo enseñó mi madre, que me decía: Claudia, nunca van a saber que envejeces si estás siempre sonriendo«.

Escribió una autobiografía, Moi Claudia, Toi Claudia. «No me arrepiento de nada de lo que he hecho. Hay una palabra en árabe, maktub, el ‘destino’; si lo hiciste, es porque tenías que hacerlo. He tenido suerte». En 2005, también publicó un libro en francés, Mes Étoiles, sobre sus relaciones personales y profesionales con muchos de sus directores y compañeros de reparto durante sus cerca de 50 años en el mundo del espectáculo. «He tenido muchos amigos, aunque ahora vivo sola. Nunca me he casado, quizá porque ya he firmado suficientes contratos. Mis amigos son sobre todo hombres. Alain Delon ha sido un gran amigo. Lo terrible es el tiempo. Hace dos años coincidí con Alain en el Festival de Cannes para presentar la restauración que había hecho Scorsese de El Gatopardo. Durante la proyección, me cogía mi mano todo el tiempo, la apretaba y me decía: «Claudia, somos los únicos vivos, están todos muertos». Y lloraba. Es terrible, porque cuando ves una película recuerdas el rodaje, a las personas… Después, me dijo: «No recordaba que habíamos estado besándonos todo el tiempo». Scorsese había montado escenas que no habíamos visto nunca».

Claudia Cardinale es una mujer progresista de convicciones políticas, involucrada en temas a favor de la mujer, del colectivo gay y de causas humanitarias. Lleva casi treinta años viviendo en París. «Elegí París porque aquí se respeta mucho a los artistas. Mi corazón es africano, tengo la nacionalidad italiana, pero el francés es mi lengua materna».

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