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Por Rubén J. Olivares Puertas

En una época convulsa, en la cual los valores que rigen la sociedad y sus estamentos se ponen en duda en Europa ante el acenso de fanatismos religiosos que emanan desde diversas creencias, este libro llega para abrirnos los ojos sobre la necesidad de una nueva revolución ética y moral que emancipe a la sociedad de la tutela moral de la religión. No es un libro encaminado a criticar y cuestionar la religión y la fe de los creyentes, sino una obra orientada a promover la reflexión en la sociedad y a promover la creación de una moral centrada en fundamentos ético-filosóficos que permita generar una moral secular y humanista.

Paul Cliteur nos lleva de la mano por la historia de la moral religiosa teísta de Oriente Medio (Judaísmo, Cristianismo e Islamismo) para mostrarnos los fundamentos de ésta y los problemas que derivan de asimilar una moral centrada en los dictados de una deidad interpretados por hombres, la evolución de dichas religiones a lo largo de la historia y la manipulación a la que son sometidas en aras de una interpretación de aquellos que se otorgan la capacidad de hacerlo así como la deriva fanática y antihumanista de sus seguidores a lo largo de la historia, para mostrarnos finalmente porqué debemos adoptar una moral humanista no religiosa para que rija las directrices de nuestra vida social. Todo ello respetando las creencias y la fe de las personas religiosas, pues no se trata de acabar con la religión como pretendía Voltaire o de matar a Dios, como anunciaba Nietzsche, sino de dotar de un carácter humano y no sacro a la principal norma social por la que debemos regir nuestras relaciones interpersonales: la moral.

En este ensayo analiza con maestría el origen de las diversas formas de violencia religiosa que han ido emergiendo en el mundo y especialmente en Europa: el terrorismo suicida, las agresiones de los antiabortistas radicales, las fetuas contra escritores como Salman Rushdie, los asesinatos de cineastas como Theo Van Gogh la violencia en Oriente Próximo… la respuesta de Paul Cliteur a estos hechos es asumir la creación de una ética, una moral y un Estado firmemente laicos que permita delimitar los derechos y deberes de los ciudadanos, independientemente de sus creencias religiosas. Cliteur nos propone construir una nueva sociedad libre de las injerencias de la religión en la política y la ética. Sapere aude! (¡Atrévete a pensar!) Afirmaba Kant en sus obras e igualmente, Cliteur nos invita a pensar, a reflexionar sobre las ventajas que un estado laico en Europa tendría para los ciudadanos.

La moral religiosa mantiene al hombre en un estado de infancia; la moral laica emancipa al hombre y lo convierte en un ser autónomo, afirma Cliteur a lo largo del libro. Esta propuesta es la que nos lanza su autor, ser capaces de emanciparnos de la tutela de una moral religiosa fundamentada en un Ser Supremo de cuya existencia o no existencia sólo podemos abstraer a través de la fe para atrevernos a crear una moral autónoma, centrada en el ser humano y por el ser humano que nos permita alcanzar nuestra autonomía y libertad moral como individuos, abandonando la tutela de la moral religiosa. Las religiones no pueden ni deben constituir el pilar ni de los valores, ni de la ley en una sociedad multicultural y compleja como la de Europa. La convivencia de todos los integrantes de esta sociedad –creyentes de diversas religiones en su sentido más amplio, ateos, agnósticos, musulmanes, católicos, protestantes, judíos – debe centrarse en la capacidad de éstos para hablar un mismo idioma respecto al bien y el mal: un esperanto moral, una ética universal.

 

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