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Por Rubén J. Olivares

Una pequeña joya con ecos del terror gótico del s. XIX. Si no fuera porque la fecha de publicación de la obra la delata, más que pensar que estamos leyendo una novela de mediados del s. XX pensaríamos que estamos ante una autora desconocida coetánea de los grandes maestros del terror gótico anglosajón. La chaise-longue victoriana, escrita por Margharita Laski (1915-1988) en 1953, es un peculiar relato de terror, ciencia ficción y thriller psicológico en el que se entretejen los viajes en el tiempo, la transmutación de las almas, la posesión de espíritus o quizás la confusión entre sueños que resultan tan reales que pueden llegar a matar a quién los vive. Cualquiera que lea la novela llegará a conclusiones similares y todas ellas pueden ser correctas, pues dentro de esta historia caben todas estas hipótesis.

Melanie, la protagonista con la que compartiremos la angustia vital y desesperación ante lo desconocido, se recupera de una tuberculosis que la ha postrado en cama; gracias a las atenciones de su marido, Guy, el médico que la trata y la señorita Smith, ha recuperado las fuerzas suficientes como para poder trasladarse a una antigua chaise-longue que adquirió meses atrás de la mano de un anticuario. Allí acabará quedándose dormida para descubrir con terror que al despertar no se halla en su casa, pero tampoco en su época. De esta forma se inicia el terror: Melanie sigue siendo una persona enferma, pero oscuros secretos guardan el cuerpo en el que habita. La muerte se adueña del cuerpo en el que está atrapada y desesperada iniciará una lucha por convencer a aquellas extrañas personas que no puede reconocer y que la tratan como la grácil Milly para que le ayuden a escapar de la inminente muerte que la acecha. Las cavilaciones sobre cómo llegó hasta allí y cómo regresará, los intentos desesperados por hacerse entender y ayudar, las conversaciones y gestos sobreentendidos, la incapacidad de expresarse con libertad con un cuerpo que no es el suyo, la duda y la impotencia de verse apresada en un cuerpo ajeno y rodeada por personas extrañas generan una angustiosa atmósfera de opresión y terror.

Si a ello le añadimos la magistral sutileza con la que la autora introduce una velada crítica al machismo de la sociedad victoriana, a través de la dependencia desmedida de la protagonista de la figura masculina, la opresión que a lo largo de toda la historia rodea la trama, dado que la protagonista permanece siempre ocluida, ya sea en su cuarto, ya sea en el cuerpo de una moribunda y la tensión sexual que reina en toda la historia entre la protagonista y los personajes masculinos que la rodean, tenemos una novela de terror y tensión hiperrealista.

Excelente libro que gustará a cualquier lector, pues deja abierto muchas incógnitas y permite múltiples lecturas para un mismo relato. Fantástica autora Marghanita Laski y excelente edición la de Automática Editorial que afianza su apuesta por grandes libros y autores injustamente desconocidos.