Por Vanessa Díez.
Coronada como reina con tan sólo nueve años, un gesto que permanecería en la memoria del consejo de su padre durante décadas. El fragor de la batalla teñía de sangre su destino, dejándola huérfana. Huir era la única forma de sobrevivir para poder regresar a reclamar lo que era suyo, cuando llegase su momento. Oculta durante años en sus propias tierras, aunque las circunstancias la obligan a dejar los lugares que la acogen en trágicas noches de desgracia. Para permanecer debe viajar a tierras que su pueblo tiene entre leyendas, el desierto de Kheldrin será el que curará sus heridas y dará forma a su potencial, acogiéndola de forma incondicional frente a cualquier afrenta. Es una extranjera en tierra sagrada que desafía lo que la tradición y el paso de los siglos han dejado registrado en los pergaminos como muestra de la costumbre a respetar. Anghara es princesa, quizá algún día sea reina, pero antes deberá enfrentarse a las pruebas que el destino le tiene reservadas. Deberá enfrentarse a sí misma y a su gran enemigo, su hermanastro.
A través de esta historia de intriga, lucha y superación nos muestra las ventajas de conocer otras culturas, de compartir y llegar a acuerdos que omitan el derramamiento de sangre para proteger por encima de todo a las personas. Nos hace emigrar entre sus descripciones fluidas, aquellas que nos hacen creer que conocemos lugares, personas y seres. Entre la realidad y la ficción emergen sus mundos fantásticos que tienen sus cimientos entre lo que conocemos de Oriente y Occidente, lo que les une y les separa, nos ayuda a conciliar, a ver que hay un camino, un puente que une ambos mundos para demostrar que la realidad necesita beber de la fantasía para superar las adversidades del día a día para seguir hacia delante.
El género fantástico le ha dado fama internacional, pero también ha publicado tanto poesía como ensayo, además de haber colaborado en varios medios con artículos y reseñas de libros. Es autora de la serie juvenil Worldweavers y de novelas como El lenguaje secreto del Jin-Shey y Las cenizas del cielo. Gran parte de su obra todavía nos es desconocida. Alma Alexander es Yugoslava pero creció entre África, Nueva Zelanda e Inglaterra. Vive en Estados Unidos. Microbióloga de formación que llegó a ejercer pero lo abandonó para dedicarse a la literatura.