UA101349465-1

Por Sandro Maciá.

Hay quien dice que el mérito es tan relativo como el gusto. Que, por ejemplo, un buen trabajo, según quién lo analice, tendrá un valor tan fiable como lo pueda ser que, por ejemplo, a uno le gusten las peras en vez de las manzanas.

Sin embargo, yo siempre he sido de los que, además de no conformarse con cualquier cosa, creen que en la vida no hay más verdades absolutas que la propia muerte, de ahí que no me atreva a desdecir a nadie, pero sí a rectificar y a dejar bien claro que puedo demostrar que, relativo o no, el mérito es algo que se gana.

Prueba de ello –he aquí la demostración prometida- es el esporádico y poco común caso en el que, a golpe de trabajo, se consigue desmantelar una tradición, tal y como han hecho los chicos de Marvin Green, la banda de pop-rock que nos sorprendió en 2011 con Los Días de Lowerside, su primer Lp, y que vuelve a irrumpir ahora en nuestro panorama musical con La soledad del Sheriff Kane, un segundo trabajo –producido por el gran Paco Loco (Josh Rouse, Bunbury, Nacho Vegas, The Right Ons…)- con el que se consagran como destructores del mito de que un segundo disco carece de originalidad y brillantez.

Y es que, si en su día ya nos cautivaron por su arte para encandilar al público más exigente con el frenesí de sus ritmos, con sus canciones –a veces canallas, a veces melancólicas- y con una voz que lidera cada tema con una actitud digna de admiración, ahora estos sevillanos nos dan ocho nuevas razones para seguir dejándonos conquistar: ocho canciones que gozan de un estilo propio que logra mantener, sobre cimientos patrios, esa esencia inconformista y musicalmente innovadora que nos empezó a llegar a España años atrás de la mano de grupos como The Strokes o Arctic Monkeys.

Con comparaciones o sin ellas, lo que no podemos dudar es que el octeto de composiciones que dan forma a este segundo Lp es un fiel reflejo de la solidez de Marvin Green, de la consistencia de una banda que tiene tablas –más de 40 conciertos, bastantes showcases y cientos de reseñas los avalan- como para poder presumir de haber compartido escenario, entre otros, con The Right Ons, Rubén Pozo (mitad de Pereza) y Coque Malla, o de haber contado con el apoyo de Martí Perarnau (Mucho, The Sunday Drivers, M-Clan) y Javier Serrano (Zahara).

Por eso, muy ciego hay que estar para no ver que La Soledad del Sheriff Kane, desde su canción homónima hasta su Rollin’ Stone (pasando por Mamá Perdón, Maldito Invierno, Al Fresco, No Soy un Rey, No es Tarde y Gordo), no es sólo un paso más en su carrera, es la muestra de que los chicos de Marvin Green están más que preparados para saltar por encima del miedo y dar la zancada que les llevará a un punto sin retorno desde el que ya sólo podrán seguir subiendo.

¿Vértigo? Ellos no lo conocen.

 

Share This