Javier Rovira nos lleva a un viaje intergeneracional, en el que daremos saltos desde la historia más reciente y pasional de España, la Guerra Civil y la Posguerra, la España de los 50, hasta la España contemporánea. Con un trasfondo de novela negra, sin llegar a serlo, nos introducimos en una cruenta historia de amor entre dos amantes que deciden poner fin a sus vidas antes que vivir separados el uno del otro y para los cuales el descanso parece no haber llegado aún a su fin, cuando sus descendientes deciden encontrar sus cuerpos y recuperar una parte de la memoria de su familia.
Este libro se estructura alrededor de tres historias entrelazadas entre sí pero sin fisuras, como los hilos tejidos en un telar, algo remarcable, dado que consigue evitar que el lector tenga la sensación de estar viviendo en un continuo salto temporal entre capítulo y capítulo. Si a menudo resulta difícil ser capaz de mantener la atención en una única historia, conseguir hacerlo sobre tres historias paralelas es un logro. El mérito de Javier Rovira es lograr que sea el lector quien vaya hilando la trama de cada una de ellas, enlazando cada nuevo giro argumental para ir aventurando que es lo que pasará a continuación, indagando y elucubrando sobre el papel que cada personaje representa en esta historia y sobre el poder que tiene sobre la misma.
Si destacable es la capacidad narrativa del autor, no menos lo es la elección de los paisajes que ha sabido retratar en su novela, generando una atmósfera de cine negro semejante a los clásicos de la época dorada de Hollywood, de los 40-50, en la que los personajes que deambulan por el Madrid de los años 50 encajan a la perfección. Estamos ante una trama de intrigas, secretos y medias verdades que ocultan mentiras, que saltan desde las salas de fiesta, las sórdidas habitaciones de pensiones con prostitutas reconvertidas en improvisadas actrices de porno-soft para el divertimento de un enigmático censor, hasta los últimos años de la Guerra Civil, con sus miedos, su incomprensión, la huida y la muerte de innumerables personas, pasando por la España contemporánea.
Todo en este libro es liviano, lo que ahonda aún más en su capacidad de atraer la atención del lector en todo momento, hasta hacernos sentir que nos hemos convertido en los protagonistas de una película de cine negro, al más puro estilo de “El halcón maltés (The Maltese Falcon)” o de “Agente especial (The Big Combo)”. Centrado más en ambientes que en lugares, en gestos más que en personas, lo cual otorga fuerza a los personajes, esta historia nos va descubriendo poco a poco nuevas facetas y caras de cada uno de los personajes hasta conducirnos a un final que no cabría esperar por lo que hemos leído desde el principio de la novela.
Sesión privada es un libro de amores prohibidos y de relaciones tormentosas entre los protagonistas que deambulan por la novela, convirtiendo a todos sus personajes en seres que, más allá de sus obligaciones, de sus roles profesionales, aman, sufren y anhelan conquistar la felicidad a través de la persona amada.