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Por Sandro Maciá.

Sin paracaídas. Sin miedo. Sin tomar carrerilla, con suavidad. Sin temer al mundo y a los que lo habitan. Sin ser puristas pero fieles a un estilo. Sin forzar pero llegando al extremo… Todo esto y mucho más es lo que resumiría en un par de frases la historia y la trayectoria de un grupo de Barcelona que, pese a no contar con un original comienzo en esto de la música -o sea, nada de leyenda negra ni mitos-, han sabido hacerse un nombre a base de quitarse complejos y dedicarse ser prácticos y contundentes colgándose una guitarra, olvidándose de todo los establecido y expulsando a golpe de distorsión todo lo que llevan dentro.

¿Su nombre? Mujeres. ¿Su sexo? Hombres. Sí, así es. Que nadie espere escuchar la dulce voz de una dama en las canciones de este cuarteto catalán porque detrás de un pseudónimo tan sugerente se esconden unos chicos de barba estilosamente desaliñada y de un salvajismo rítmico tan brutal y frenético que les ha llevado, desde su debut hace cuatro años con Mujeres (Sones, 2009), a ser comparados con bandas como Black Lips o The Strokes -salvando las distancias y refiriéndonos, en el caso de los segundos, a sus primeros trabajos-.

Sus guitarras respiran esa rabia propia del underground más garajero, un sentimiento que vuelve a estar presente en Soft Gems (Warner, 2012), su nuevo disco de estudio, y que unas veces se transforma en un torrente de energía cargado de suciedad, saturación y voces desgarradas (veáse el tema que abre el álbum: Soft Gems); pero que, en otras ocasiones, se presenta de forma más controlada, más fiel a algunos estilos ya establecidos, como ocurre con I’m Over with You y su palpable inspiración yankee.

Los chicos de Mujeres -valga la paradoja-, con la lengua de Shakespeare por bandera (salvo excepciones contadas, como la breve y estrepitosa Salvaje) han hecho un segundo trabajo que, si no les vale para consolidarse como una de las bandas de referencia en nuestro país, al menos les irá allanando el camino para estar más cerca de ser cabezas de cartel de los próximos festivales y conseguir que miles de “fibers” o “sounders”, por poner algún ejemplo de asistentes a estos eventos multitudinarios, tarareen los versos de How I Am -para muchos el punto o nexo de unión entre su debut homónimo y su segundo trabajo- o de la turbiamente dulce Far Away.

Quien busque un poco de tranquilidad, que se olvide de estos chicos. Quien quiera perder unos quilos sudando y saltando hasta partirse los tobillos, que corra ya a ponerse en primera fila. Porque una cosa está clara: Mujeres no decepciona, ahora, que todo el mundo aguante su ritmo ya es otra cosa.

 

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