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Por Rubén J. Olivares

Abrumado por un sentimiento que oscila entre el sentido de lo absurdo y la tragedia del que se siente un ser que vive para morir, Georges Perec nos muestra en esta novela, en la que todos somos protagonistas, su particular respuesta al sentido de la vida.

“…un dios es el hombre cuando sueña; más sólo un mendigo cuando reflexiona…” (F. Hölderlin) . Tal es el caso del protagonista de esta novela. Un joven universitario que decide abandonar la rutina de su vida para iniciar su particular travesía a través de un proceso de auto-reflexión y crítica existencialista, que le llevará a mendigar entre sus propios temores y demonios internos, acudiendo al sueño como el único bálsamo liberador del absurdo del día a día. Ésta es la propuesta que Georges Perec nos ofrece, invitándonos a caminar de su mano por las calles de París y sus alrededores en busca de la nada, pues nada busca el protagonista y nada obtiene; tan sólo las trampas que la existencia le tiende para atraparle, para aferrarle en el día de su vida, para mantenerle vivo un día y otro, aunque ya no espera nada.

«Un hombre que duerme» transciende la temática existencialista de su protagonista para atrapar al lector en las propuestas literarias de Perec. La narrativa de este libro es una colección de imágenes, un cúmulo de sensaciones, de metáforas oníricas que buscan la recreación del sentimiento angustioso, trágico del protagonista, que no somos otro más que nosotros. Éste es uno de los tantos juegos que Perec nos plantea, dado que la novela está narrada en segunda persona, convirtiendo al lector en el propio actor de esta historia. Somos nosotros quienes padecemos la incertidumbre del protagonista, logrando con ello atraparnos en una lectura continua del libro, para lograr alcanzar el desenlace final de nuestra historia.

Excelente novela para un primer acercamiento a la narrativa de un destacado autor del movimiento de literatura potencial, promovido por el grupo literario Ouvroir de Littérature Potentielle (OULIPO), laboratorio literario y creador de una nueva estética literaria vanguardista. Quién se acerque a este libro podrá experimentar el placer de la buena literatura de la mano de una excelente traducción por parte de Mercedes Cebrián – pues si complejo es seguir el ritmo de Perec, más complejo es traducirlo – y una excelente edición por parte de la editorial Impedimenta.

[1] Hiperión o el eremita en Grecia, (2003) F. Hölderin, Editorial Gredos, S.A. (Madrid) pág. 43.

[2] Taller de literatura potencial.

 

 

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