La escritora María Dueñas abrió el Ciclo Cada Cual en Alicante.
por Vanessa Díez
Misión Olvido está todavía de promoción, ahora está en Sudamérica. Reconoce que los dos títulos se le ocurrieron muy al principio, con la guardia baja pero conscientemente. Misión Olvido siempre fue Misión Olvido, en cambio con El tiempo entre costuras dudó más, sabía que era un reto poner una palabra como “costura” en el título. Siempre forma parte del proceso creativo de sus libros, más allá del texto, quiso que sus libros tuvieran guardas, una marca propia, pues muchas de las postales e imágenes de esas guardas son suyas. Sus portadas hasta ahora son dos cuadros de Jack Vettriano. Le echa muchas horas, incluso su padre llegó a decirle “te vas a volver loca como Don Quijote”, tras ocho horas escribiendo. Nosotros pudimos abordarla a su paso por el ADDA de Alicante.

En cuanto a temática, en cuanto a argumento, en cuanto a momento histórico de la novela son muy distintas, no tienen mucho que ver. El tiempo entre costuras nos llevaba a los años 30, años 40, Misión Olvido es más contemporánea su línea argumental, aunque después tiene algunas ventanas hacia retrospectivas al pasado. Tampoco tiene que ver en cuanto a contenidos, ni en cuanto a la peripecia vital de las protagonistas, Sira Quiroga la protagonista de El tiempo entre costuras era una joven, muy inexperta, muy vulnerable, con muy poca experiencia vital y va creciendo a medida que la novela se desarrolla. Y Blanca Perea la protagonista de Misión Olvido es una mujer de nuestro tiempo, una mujer ya con una madurez vital, una profesional, una madre. En ese sentido son en todo, en contexto, en personajes y en argumentos son muy distintas. Pero vuelven a tener una cosa en común, por lo que me cuentan los lectores, sobre todo, vuelven a contar historias que seducen, que les rozan un poco el corazón.
¿Viajas a los lugares de los que hablas en las novelas o te documentas tan solo?
No, no, viajo, viajo. No sé si realmente es imprescindible o no viajar. Supongo que hay muchos recursos a mano y que se podría hacer también sin esos desplazamientos, pero yo prefiero viajar, impregnarme un poco del aroma, del ambiente, aunque muchas veces ya no es el mismo. Los viajes a Marruecos, por ejemplo, con El Tiempo entre costuras pues ya ese Marruecos que yo cuento de la época del Protectorado ya no existe, pero aún así me los pateo todo lo que puedo.
¿Eres una escritora de costumbres? ¿Metódica o caótica?
No, soy muy metódica. Soy muy disciplinada. Yo vengo del mundo de la universidad, he sido veinte años profesora de universidad y allí o eres disciplinado y metódico o pereces en el intento. Al final trasvasas en cierta manera tu manera de trabajar de un territorio al otro y yo soy muy organizada, me planifico mucho, estructuro y luego me siento y soy capaz de trabajar horas interminables, como un trabajo más.
¿En qué momento vital te diste cuenta que necesitabas dejar la docencia un tiempo para dedicarte realmente a escribir?
Es que vino todo un poco rodado. Yo nunca tuve interés en cuanto empecé a escribir en dejar la docencia. Nunca pensé que el escribir me iba a apartar de la docencia. Pero llegó un momento en que se publicó El tiempo entre costuras, que empezó a crecer, empezó a contagiar a los lectores, pues llegó un momento en que compaginé las dos cosas, las dos actividades durante un curso hasta que ya no pude más, vi que no estaba al cien por cien en ninguna de las dos. Ni atendía mis clases, ni mis cuestiones académicas como debía, andaba con cambios, pidiendo favores para ir y para venir, esto requiere muchos viajes, ni tampoco era capaz de aceptar todo lo que se me pedía de El tiempo entre costuras de promoción y de viajes porque estaba agarrada a la universidad por otro lado, entonces después de un curso me lo planteé, pedí una excedencia y han pasado ya tres años. Y sigo.
¿Te sentiste presionada ante la expectación que había ante la segunda novela después de tanto éxito con la primera?
No, en absoluto, volví a abordar este proyecto con ganas, con ilusión, con mucho entusiasmo de nuevo y no me sentí presionada en ningún momento.
Después en el coloquio reconocería: Sólo sientes un pellizco en el estómago.
¿Qué necesitas para escribir?
Tiempo, sobre todo tiempo, porque es lo que más me falta. Tiempo, lo demás lo tengo todo.
Quién haya leído Palmeras en la nieve habrá encontrado tu recomendación ¿Qué similitudes tiene esta novela con tu obra?
Pues Palmeras en la nieve rescata otro pedacito de nuestro pasado colonial o vinculado a colonias en África que igual que pasaba en El tiempo entre costuras estaba muy diluido en la memoria de los españoles y entonces nos recupera un trozo de nuestra historia. Nos lleva a unos paisajes que fueron el territorio por el que se movieron muchos españoles en un tiempo. Es una novela excelente, yo la leí con mucho gusto y la recomendé con el mismo interés.
¿Conoces a la autora?
Sí, Luz Gabás la conozco, he coincidido con ella un par de veces, es una magnífica persona y además tenemos varias coincidencias, a parte de nuestro pasado vinculado con el mundo de las colonias, las dos venimos del mundo de la filología inglesa, y somos más o menos, ella es un poco más joven que yo, pero somos más o menos contemporáneas, tenemos mucho en común y es un encanto de persona.
Durante la promoción hay muchos viajes, en esas idas y venidas ¿eres de las que leen o de las que escriben?
En los viajes leo, no escribo nunca nada en los viajes. Son demasiados movimientos y yo prefiero trabajar en un sitio fijo, normalmente en casa, a veces me recluyo en un despacho de la universidad, o en un sitio donde vaya a tener cierto sentido de la permanencia, pero para ir durmiendo noche tras noche en un sitio o en otro no, leo, leo. Además aprovecho para ponerme al día, muchas veces se te quedan lecturas atrasadas y en los viajes que pasas muchas horas en aeropuertos o en hoteles, esperando o sola, aprovecho y leo todo lo posible.
¿En papel o en pantalla?
Suelo leer en papel cuando estoy en casa, pero reconozco que últimamente me he pasado al e-book para los viajes, sobre todo los que son más largos y necesitaría llevarme más libros, es más complicado, y por eso me he pasado al e-book que la verdad es muy cómodo también.
¿Tus últimas descargas?
El de J.K.Rowling, la autora de Harry Potter, con su última novela La bacante casual (Casual vacancy), creo que se traduce al español, yo lo tengo en inglés.
¿Cuáles son tus escritores de referencia?
Muchos, yo no soy nada mitómana en mi vida en general y en la escritura tampoco. Yo vengo del mundo del ámbito anglosajón en cuanto a mi formación y en cuanto a mi trabajo entonces he leído mucha literatura inglesa, mucha literatura norteamericana, pero también leo autores españoles, también leo autores hispanoamericanos, los mismo leo novedades, que releo cosas más antiguas que se me quedaron por el camino o que releo un clásico. Soy de gustos muy variados.
¿Cuáles fueron tus primeros libros?
Muchos, yo era una lectora voraz de pequeña, por suerte en mi casa me lo fomentaban con ganas. Yo recuerdo con especial cariño por ejemplo, quizá porque fueron muy intensos en mi vida, los libros de Enid Blyton, las colecciones aquellas de Los cinco, Torres de Malory, Los siete, Santa Clara … Aquellos es que me los bebía en una noche, creo que los leí todos en aquellos años.
¿Tienes algún espacio predilecto para lectura o algún momento?
No, soy adaptativa, voy por todas partas. Mi espacio ideal es un sofá cómodo. Me encanta leer frente al mar, con luz natural, en una chaiselonge cómoda, pero sí estoy con prisa y en movimiento pues leo en cualquier sitio.
Se ha adaptado El tiempo entre costuras, a tu parecer, ¿Cuál ha sido el resultado de la adaptación?
No la he visto entera, hasta dónde vi yo creo que bien, está muy bien. Han hecho un esfuerzo enorme de medios, de interés en hacer una producción muy potente, se han desplazado a las localizaciones originales, todo está muy cuidado, la música es preciosa, el vestuario, todo, la luz, Adriana Ugarte está magnífica en el papel de Sara Quiroga. Ahora tenemos que verlo íntegro, a ver si salimos de esta crisis un poco, está terminado completamente, pero como han descendido los ingresos en publicidad están esperando. Creo que va a estar bien y que va a gustar mucho.
Próximos proyectos.
Estoy tan metida todavía con la promoción de Misión Olvido, porque me voy a América Latina. Voy a estar allí casi un mes, voy a recorrer siete u ocho países. Entonces no me da tiempo a meterme todavía en nada. Tengo ganas, tengo ganas ya de desengancharme de esta y empezar con una cosa nueva.
¿Algún comentario de un lector que te haya marcado?
Muchos, muchos, porque los lectores son siempre muy entrañables. Precisamente esta mañana le he contestado, llegó el otro día, un señor que me escribía desde México después de leer Misión Olvido y me contaba que él era hijo de exiliados españoles, que después había estudiado en EE.UU, que conocía todos los territorios que yo había ido marcando y que le había encantado el libro y que le había conmovido en muchas cosas. Que de pronto alguien tan ajeno a ti, desde México, te diga que le ha seducido tu trabajo es algo muy grato. Digo esta anécdota porque es la última, pero muchas, porque los lectores son siempre muy cariñosos y entusiastas.
Una lectora le dijo en Sevilla: “Blanca lo que está viviendo es un duelo”. Cosas de las que no te das cuenta y son los lectores los que te las dicen.
Si nos tuvieras que recomendar música ¿qué música sería?
A mí me gusta ponerle música a las historias que escribo. Entonces dentro de Misión Olvido que es el que tengo ahora más reciente pues hay muchas cosas recomendables, ninguna es novedad, pero hay boleros, hay coplas, hay folck americano … cualquiera de esas cosas.
¿Pero para escribir no la utilizas?
Poco, poco, depende. Si hay una escena en la que estoy escribiendo en la que suena una música de fondo entonces la puedo escuchar machaconamente trescientas veces, pero si estoy trabajando en otra cosa no la necesito digamos.
¿Qué hay de ti en tus protagonistas?
Poco, voluntariamente poco. Yo supongo que siempre se te cuela alguna cosa de manera un poco involuntaria; pero yo no intento volcar ni mi vida, ni mi mundo, ni mi manera de ser a mis personajes. Es más intento evitarlo.
Una tía mía me dijo: que ilusión me hizo el homenaje que le haces al perchero de tu madre.
¿Prestas libros o los subrayas?
Los presto y los subrayo. Las dos cosas. Tengo malas manías.
¿Qué tipo de cine te gusta, actores o directores?
Me gusta de todo, la verdad es que me pasa como con la literatura que pico un poco de todo y que igual me veo en casa un clásico en DVD que voy al cine a ver lo último que se ha estrenado. Hoy venía pensando, justamente escuchando la radio del coche, que tengo que ver con mi hijo “Los santos inocentes”, porque tiene que leer la novela para el colegio y quiero ver la película con él.
Un vicio confesable.
Todos mis vicios son confesables. Que cuando acabo los actos con los lectores siempre me gusta tomarme una copita de vino, por ejemplo.
¿Cómo ves el futuro literario?
Por parte de los escritores bien, se escribe mucho, se escriben muchas cosas interesantes, otras menos, pero en general hay muchas ganas de escribir. Por parte del sector del libro está la cosa más complicada. Esta crisis les está afectando a todo. Se publica con menos alegría que antes y se cierran librerías y se despide a gente y en este sentido toda esta gente vinculada con el libro pues no lo está pasando bien. No son buenos momentos, pero yo confío que el futuro nos traiga algo más positivo.
¿Te adaptas a las nuevas tecnologías? ¿Utilizas las redes sociales?
Más o menos. No es que sea una forofa, pero bueno tengo que circular en ellas más o menos.
El final de esta entrevista fue iphone de la escritora en mano para sacar pruebas gráficas del evento para su facebook, sorprendida gratamente.