Fresneda y su maleta de canciones
Por Sandro Maciá.
Maldigo a todo ser vivo que polinice, a toda brisa de aire, a toda humedad medioambiental y a todo lo que acumule polvo. ¡Dios mío! Este año la alergia va a matarme a golpe de picor de ojos o asfixiado entre cientos de estornudos… ¿Bendita primavera? ¡Venga ya!
Por suerte, si algo bueno tiene todo esto es que, tras un mes de sufrimiento nasal, llega la época de la playita, las cervecitas al sol y las noches “a la fresca” –como decimos por la zona levantina-, llega ese tiempo del relax y de disfrute de las pequeñas cosas a las que las prisas de la rutina invernal no nos dejan prestar atención, pequeñas cosas que en este caso pueden conceptualizarse bajo el nombre de Fresneda.
¿Que qué es Fresneda? Buena pregunta. Fresneda es, en sí mismo, el pseudónimo de un cúmulo de la sucesión de varios viajes por el mundo y de las experiencias que su dueño y señor, Fernando Fresneda, ha podido sentir a lo largo de sus peripecias por Oviedo, Madrid, Río de Janeiro, Jakarta, Bogotá, Cairo, La Paz, Londres, Nueva York y Madrid, donde reside actualmente y desde donde presenta estos días su Ep ISC (Br Records, 2013).
Sólo así, atendiendo al itinerario vital del autor, puede entenderse de dónde nace el poso de tradición auténtica que irradian sus canciones, unas melódicas composiciones que cabalgan a medio camino entre la sencillez acústica y los arreglos experimentales, bebiendo de la influencia de grandes de fuera, como Wilco, o de nuestro país, como Iván Ferreiro.
Sus temas, bautizados con atino con títulos como A lo Rocky Balboa, Insolente o Quién Pudiera –entre otros-, se perciben a la primera escucha como clásicas piezas de estilo pop, de esas que enganchan al calor de arpegios y unas letras bien hiladas pero que, lejos de quedarse en el ámbito de la degustación en solitario, tienen cuerpo suficiente como para encandilar –como ya ha ocurrido- al público que ya ha sido partícipe de los más de 20 directos que llevan de su gira actual.
Definido su paseo por los escenarios como “un combate de 60 asaltos”, el propio Fresneda, debutante sin gran apoyo en lo que a campañas de marketing se refiere, sigue su excursión por España, acompañado por la banda al completo y calentando la garganta y los dedos antes de emprender su viaje a Francia e Inglaterra, destinos próximos.
Sencillez y una maleta llena de canciones que hablan de “tu” al que oye. Buena combinación para el estío.