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Cuando hacerse Dark es un escudo ante el dolor.

Por Vanessa Díez Tarí

Construimos escudos en la adolescencia para protegernos de los golpes, pues cada uno es una herida que va dejando huella, dependiendo en muchas ocasiones de las circunstancias y de cómo reaccionemos ante ellas podemos acabar siendo otros muy distintos al final del proceso, años de cambio en que todo está a flor de piel, no son sólo las hormonas las que están revueltas, nuestra forma de ver el mundo y de cómo nos ven también es muy vulnerable, las ganas de pertenecer a un grupo, de sentirnos parte de algo mayor, y no ser excluidos del resto harán que tomemos decisiones que nos arrastrarán o no hacia lo inevitable ¿alguna vez has alzado tu voz en el instituto ante una injusticia provocada por la gente más popular? Ser distinto, es decir, friki ante las clases y las taquillas ya es un hecho que define una personalidad que se diferencia del rebaño sin voz, Celia se convierte en Dark como escudo ante los ataques de la chica más popular, es su forma de proveerse un modo de que no le importe nada que no esté dentro de su mundo.

En un pueblo pequeño lo más importante es encajar, hasta las casas tienen diseños similares para ello, la diferencia no se fomenta, en el instituto no es fácil hacer amigos si tu uniforme es una sudadera negra, falda negra y botas negras, la llegada de un compañero de Nueva York hace que todo cambie para Celia, una puerta se abre. Alguien acabará entrando en su mundo y provocará que hable de todo aquello que le hiere: el divorcio de sus padres, su aislamiento del mundo, las heridas, su venganza y todo lo que nunca ha compartido con nadie.

El mobbing y la homofobia en los años de instituto son temas de interés que deben seguir apareciendo en las historias para jóvenes. Leer sobre cosas que les importan. La autora acerca temas delicados en el marco de la vida de un chico y una chica que por ser distintos son atacados de una forma u otra, cuando uno está desarrollando su personalidad se sentirá más sensible a la incomprensión externa, provenga de los compañeros o familiares. Está novela es fresca y amena y ayudará a que muchos se sientan identificados con los complicados años de instituto en los que encontrar alguien con quien compartir parte de ti parece tan esencial.

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