Las memorias de un padre a la muerte de su hijo
Por Eduardo Boix.
La vida nos vapulea infinidad de veces sin dejarnos respirar. La sensación de asfixia la podemos tener en infinidad de ocasiones, pero como he dicho muchas veces no hay dolor más veces que el de sobrevivir a un hijo. Con cuatro años fui testigo de aquel dolor ciego que tuvieron mis abuelos al morir mi tía Mari. Tras la tragedia no quedó rastro de ellos, tan solo siguieron en el camino porque no quedaba más remedio. Mi acompañamiento hizo que fuese consciente demasiado pronto de aquel horror ancestral a la pérdida filial. Esa pesadilla recurrente al ahogamiento bajo tu cuerpo en la cama del niño lactante.
Existe una literatura de duelo magnífica. Podríamos dar algunos nombres y títulos Mortal y rosa de Francisco Umbral, El año del pensamiento mágico de Joan Didion, Una Pena en observación de C.S.Lewis y el recientemente publicado La hora violeta de Sergio del Molino. Es este último del que va a tratar la reseña que están leyendo. Del Molino no utiliza retóricas ni palabras huecas, nos va llevando a lo largo de esta carta a su hijo Pablo mostrando el dolor, la frustración y la angustia de un padre que no entiende nada de lo que está pasando a su alrededor. Este libro nos habla del año que transcurrió entre que Pablo fue diagnosticado de una rara Leucemia hasta su muerte. La hora violeta nos adentra en un año de dolor, de pérdida y búsqueda al mismo tiempo, cuando algo falla en nuestras vidas siempre intentamos reconstruirla y ver en qué ha fallado, donde se ha roto la cadena que todo lo unía. Sergio del Molino, reconstruye muy bien esa búsqueda, nos lleva de su mano por los recovecos del dolor, de su dolor y nos muestra de una forma impúdica todo lo que ocurre tras ese dolor.
La hora violeta es algo más que una carta de preguntas y respuestas de un padre hacia la muerte de su hijo. Esta novela desgarradora es la carta de un padre huérfano. Como bien dice Del Molino, no hay una definición para los padres que se quedan sin sus hijos, son padres huérfanos que no saben nunca qué hacer con su dolor. Todavía tengo presente aquellos ojos tristes de mis abuelos cuando mi tía se fue. Sergio del Molino ha construido una obra desde el dolor haciéndonos partícipes del mismo. La hora violeta es la apasionada carta de amor de un padre a su hijo. Una larga misiva intentando encontrar las palabras para definir el dolor en su estado más puro, el duelo de un padre a un hijo.