Los Retrovisores Mod a lo ibérico
Por Sandro Maciá
Si a los guionistas de aquellas películas inglesas sobre la efervescente juventud rebelde y Mod de los 50 les hubieran dicho que las parcas seguirían estando de moda medio siglo después, además de sorprendidos, se habrían mostrado absolutamente incrédulos.
Normal. ¿Por qué iba a seguir siendo chic, tras tanto tiempo, un prenda de origen ruso que no llegó a ser cómoda ni funcional hasta que los ejércitos norteamericanos e ingleses empezaron a demandar su fabricación en nylon para librarse de las pesadas pieles con que se confeccionaban en un principio? Bien, pues claro está: porque a fuerza de convertirse en un icono de rebeldía –ideológica y estética-, se ha consagrado como el mayor ejemplo actual de lo que vende la imagen en sí misma.
Y de esto, precisamente, es de lo que parece haberse empapado un grupo de jóvenes que, siendo la fiel representación de aquella máxima de Chanel que decía que “la moda pasa, pero el estilo perdura”, vuelve al panorama musical –ahora de la mano de BCore Records- a lomos de Vespas y luciendo grandes patillas y combinando sus parcas con una enérgica actitud “sixtie“ que, desde el respeto extremo a las raíces de donde surgen los dioses negros de la música, nada tiene que ver con la ñoñería atribuida (por desgracia) a todo lo sesentero.
¿Su nombre? Los Retrovisores. ¿Su nuevo trabajo? Un Ep de cuatro temas, Alma y pasión (BCore, 2013), un digno sucesor de su primer Lp –La nostalgia ya no es lo que era- que nace, en palabras de la banda, de la intención de “que nos siente bien y, sobretodo, que nos suene de maravilla”. Para ello, estos chicos catalanes se valen de pegadizos estribillos –“me olvidé de ti, me olvidé de ti, me olvidé de ti…”-, retomando su “soul ibérico” y northern; es decir, lo que viene siendo una evolución lógica de aquellos primeros pasos que estos militantes del pop, el ska y los sonidos Mod comenzaron a dar en 2002 –cuando aún se les conocía como The Cutties-, en una época que, previo periplo por el Festival Essex Ska Festival y la sala The Cooperate de Plymouth (Reino Unido), les permitió pasear sus Hammonds por lugares situados más allá de las fronteras españolas.
Comparados con, por ejemplo, Los Bravos, en este nuevo Ep, Los Retrovisores mantienen su línea temática, su canto al desamor y a la juventud, su admiración por la vida hedonista, en resumen: su “life style”, su modo de entender el mundo desde el desenfado yeyé, pero con la elegancia y el empaque de un grupo que, según augura su nueva casa discográfica, puede llegar a ser “capaz de generar el próximo himno generacional”. ¿Será verdad? Deseémosles suerte, que las tablas ya las tienen.