Autodestrucción cíclica sin remedio
Por Vanessa Díez
Llegas a una edad con la que te planteas varias cosas, entre ellas el tema de la maternidad, que como mujer siempre ha estado presente, de forma recurrente, ya que siempre han esperado de ti que desarrollases tu capacidad reproductora, pero cuanto más tiempo pasa más te acecha y vuelve a ti sin que haya forma de evitarlo. Irene Vilar intentó cruzar este sagrado camino que la vida nos presenta en multitud de ocasiones, pero su pasado marcaba su cuerpo, su alma y su mente, destrozada por los actos de otros se atormentaba, castigándose mediante la desaparición del ser que cada vez traía en su vientre, hasta quince veces, además de varios intentos de suicidio. Esta es una historia que hay que abarcar sin prejuicios, la historia de una mujer con su cuerpo, a través de los hombres, ya fueran el padre, los hermanos o los amantes, a través de su madre que se suicidó en su infancia abandonándola ante los peligros de la vida, hasta que se encontró a sí misma y se permitió que el castigo acabara al fin.
Abierta en canal nos muestra su herida. Nos hace ver que siempre hay una razón para los actos que se cometen, aunque en un primer momento no seamos conscientes de ello, repitiendo los mismos errores una y otra vez hasta que salimos de ese círculo y somos capaces de ver las cosas con perspectiva. El aborto para una mujer no es tan sólo un acto doloroso por las secuelas psicológicas, sino físicas también, pues se descuartiza el feto para ir sacándolo poco a poco, por ello cuando está permitido se recomienda que sea a pocas semanas de su gestación, para no hacer desaparecer a un cuerpo con forma, sino tan sólo a un proyecto a medio hacer. Aún así las secuelas para el cuerpo de la mujer si el acto se repite continuamente pueden ser devastadoras, siendo a veces difícil sino imposible reproducirse en el futuro.
Las circunstancias a veces nos hacen tomar decisiones causadas por otros, más que por nosotras mismas, el anteponer la satisfacción de quien está a nuestro lado para que no desaparezca de nuestra vida, pensando que esa relación tóxica es la que llenará el vacío emocional que nos acecha, el colmar las exigencias sin sentido por no afrontar la soledad, ya que la locura está tan cerca que nos vemos al borde del abismo una y otra vez.