Amor, pasión y tracición entre adolescentes.
Por Vanessa Díez.
A los quince años puede parecerte que tu vida no avanza, pues pasa entre apuntes de instituto y los problemas que tus padres tienen en casa. Con una noche de fiesta en casa de tu mejor amiga todo puede cambiar, dos chicos en vez de uno, unos ojos castaños y el chico más admirado del instituto, una conversación interesante y una noche loca. Una chica buena puede convertirse tan sólo en alguien que está creciendo y que interpreta que puede tener secretos si los demás también los tienen con ella, aunque crecer también tiene sus riesgos, eso lo descubres después cuando las circunstancias te arrastran y te ves obligada a elegir.
El género epistolar es un gran recurso para contar historias. En este caso los capítulos no se suceden en un intercambio de cartas entre los protagonistas, las cartas son tan sólo una excusa para que Zoe pueda contar su historia, se desahoga con un desconocido que está al otro lado del Atlántico en el Corredor de la Muerte para más señas, le hace partícipe de su crimen, va contando todo aquello que no ha sido descubierto sobre su lado malo oculto, su año de duelo es mostrado a este hombre que no tiene opción de contestar.
Zoe se atreve a escondidas en el cobertizo durante las noches a escribir todo aquello que sucedió antes de la tragedia y más ahora que le ha tocado volver al instituto. Su casa, sus padres, su mejor amiga, las clases y ellos, todo ha cambiado desde aquel día que no deja de revivir en sus pesadillas. Así empieza a dejarnos ver cómo va teniendo sus primeras experiencias con el sexo opuesto, pues sexo y amor se mezclan en este relato, la pasión, los sentimientos encontrados y los malos entendidos serán una mezcla que explotará en sus manos.
Annabel Pitcher con su segunda novela te hace adentrarte en la vida de la protagonista de tal forma que quieres llegar hasta el final inesperado que nos ofrece, con el formato de las cartas en cada capítulo nos muestra una escritura ágil y amena que nos adentra en la mente de esta chica que sin darse cuenta se encuentra en una encrucijada difícil de resolver, pues al final tan sólo quedan unas nueves de kétchup por disfrutar juntos aunque se te haga larga toda una vida.