UA101349465-1

obits_g

The Orbits, desde Brooklyn con Bed and Bugs

Por Sandro Maciá.

Noviembre, mes de los mocos y la voz ronca. Tiempo de los mil pañuelos y los kilos de vaselina para los labios agrietados. Época de frío y de montar y desmontar nuestra indumentaria, cual muñeco de Lego, al pasar de los gélidos exteriores a los cálidos sitios cerrados.

Crudo, ¿no? Visto así, salir de casa es un acto que puede calificarse de proeza, dependiendo de la zona geográfica en la que estemos; pero es que, además, si no fuera suficiente esta frustración que se siente al ver que el clima estival ya no se percibe ni de lejos, las grandes promotoras del país van y nos incitan a no poder parar de pensar en esos tiempos de manga corta y fiesta interminable al sol con algo que, por otra parte, es lo toca en estas fechas: ¡las primeras confirmaciones de los festivales!

Ahora, que sabiendo de antemano que no va a faltar tiempo para sumergirnos en el entramado de carteles y promos de los futuros “festis”, dejémonos llevar por la filosofía del carpe diem y disfrutemos de lo que se pueda palpar aquí y ahora –musicalmente hablando, ¡malpensados!-, es decir, de lo que nos trae desde Brooklyn (recién horneado y con ese toque americano que tanto nos gusta) el cuarteto The Orbits.

Presentado con una gira que nos permitirá ver su alzado, perfil y planta en Donosti, Valencia, Zaragoza, Madrid y Barcelona, la banda formada por Rick Froberg, Sohrab Habibion, Greg Simpson y Alexis Fleisig está de estreno con su Bed and Bugs (Sub Pop, 2013), un disco que se publicó hace dos meses y que nos deja reminiscencias de las anteriores visitas a nuestras tierras, motivo que nos hace recibirlos, esta vez, con mayor alegría y -¿por qué no?- ganas de rompernos los pies al ritmo de sus nuevas canciones.

Vuelve la distorsión, la voz enérgica, las armónicas y la percusión rockera. Oh yeah, con ellos empieza a ponerse de moda lo que, a base de mezcla entre punk, garage y pop-surfero, podría calificarse como el ejemplo de la nueva dirección hacia la que se mueve el cambiante rock (o indie-rock) actual. Y es que, en este nuevo álbum (el tercero de sus Lps), los de Brooklyn han optado por evitar todo “postureo” que se precie y han ido al grano, a la grabación visceral pura y dura de un tracklist que, en manos de Nikhil Ranade, hace que escuchar Bed and Bugs sintamos la imepriosa necesidad de reivindicar nuestro “yo” auténtico.

¡Abajo los eufemismos! Ellos lo tienen claro. Ellos argumentan, sin tapujos, su “Hoy yo, mañana tu”, y lo hacen sin perder sus referencias habituales –ojo al sonido del disco, que evoca al de bandas como Girls Against Boys o Pitchfork-, saltándose tendencias e, incluso, reafirmándose en el concepto de “nosotros”.

¿Egoísmo? No, personalidad.

 

 

Share This