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Juan Estereotipo & The MalajesPor Sandro Maciá.

Melómanos y melómanas, festivaleros del mundo: ¡al lío! Id poniendo ya la hucha porque las confirmaciones de qué artistas acudirán a los principales eventos musicales de la temporada primavera-verano empiezan a ser, por fin, contínuas.

Los abonos empiezan a volar debido a sus –iniciales- precios económicos, es cierto, pero si ampliamos el campo de visión y no nos centramos sólo en este entramado marketiniano-empresarial que se monta siempre por estas fechas, hay que reconocer que, paralelamente al valor que se le da al directo tanto aquí como fuera de nuestras fronteras, muchas bandas están abriendo un nuevo frente y están apostando por un nuevo reclamo que les ayuda a conectar con el público con algo más que mediante el disco grabado en sí mismo. Y esto, por raro que parezca, lo están haciendo con una herramienta que algún que otro visionario pensó que decaería en los modernos tiempos del mp3: el videoclip.

De una etapa en la que los vídeos musicales eran simples acompañamientos promocionales que se grababan –casi por obligación- para que una canción tuviera presencia en las emisiones de los principales canales de televisión de esta temática, hemos pasado ahora a ver nuestras pantallas auténticas muestras de originalidad que, lejos del “corta y pega” de los directos de los años 90, conllevan un proceso de producción digno de admirar.

Como muestra, no puedo más que referirme al nuevo y flamante clip de “¡Hola! (1980)”, canción del ya conocido disco “Antolorgía 1977-82: Mis mejores fracasos…”, de Juan Esterotipo and The Malajes.

Con una estética ochentera (tanto en lo ambiental como en la combinación de la posición tradicional de la banda frente al objetivo con una coreografía digna de los chicos del clásico Fame), este vídeo ilustra la energía de Hola (1980) y sigue la desenfadada y adictiva filosofía del grupo, quienes no se cortan al aclarar que “siempre se nos ha acusado de saber bailar, y con este videoclip hemos querido demostrar que la gente estaba equivocada”.

Y si original es la idea, no menos importante es el equipo que hay detrás. Encabezado éste por Pablo Tébar (director), Juan y sus Malajes nunca habrían quedado tan bien en pantalla sin la “córeo” de María José Hipólito, la fotografía de Ariel D. Zeitunlian, el maquillaje de David López y la dirección artísitca de Eduardo Vallejo.

Transistores, cintas de casete, aros olímpicos… Nada falta en este guiño a una época que siempre gusta, en este homenaje a un tiempo en el que la experimentación nos dejó muchos momentos naifs y grandes dosis de naturalidad. ¿O acaso no resulta una oda a lo natural el baile que se marcan estos chicos en el vídeo?

 

 

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