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Morano nos avisa del desastre en su Cambio climático.

Por Eduardo Boix

Existe algo de tragedia en la cotidianidad del día a día. Vivimos un tiempo de cambio que o nos pasará factura o nos hará más fuertes. La felicidad, la política del esfuerzo recompensado, la familia ideal, las risas y el júbilo, van quedando para algunas series de la televisión y algunas películas con final feliz. Muchas veces lo he dicho, no me gusta la alegría en el arte. No encuentro estimulante la dicha, no me resulta intelectualmente atractiva la alegría. La felicidad es para vivirla nunca para leerla.

Cambio climático de Cristina Morano publicado por Bartleby es un libro incómodo de leer y de sentir. Es un libro lleno de incertidumbres donde se cuestiona una vida y donde se avecina un cambio. Morano utiliza los términos meteorológicos como una excusa ante el desastre. Nos describe las ausencias y las penas, sentimos el calor murciano como propio, pero hay frío en sus palabras: Dónde acabaremos esta vez/y a qué nuevos olores habrá que acostumbrarse. Hay mucha poética en la mirada de Cristina Morano otra vez nos hace partícipes de sus observaciones, de sus miedos y de sus luchas. Con un lenguaje sencillo pero lleno de matices este cambio climático nos adentra en el día a día de esta poeta residente en Murcia. Morano conversa con el lector haciendo poético lo que realmente es un puñetazo en el estómago. Como diría la canción, son malos tiempos para la lírica, pero la lírica esta cada vez más de moda Cambio climático es un claro ejemplo de ello.

Cambio climático es un libro de madurez. Cristina Morano ha echado la vista atrás y nos indica que la sequía o la inundación se acerca. El desastre se anuncia con la rotura de un ordenador, una posible mudanza, el calor o el paso de los días. Cambio climático es un libro donde la memoria y la observación son piezas fundamentales del día a día de la autora. Un poemario que duele, que se lleva parte de ti en la lectura, que estalla en las manos y en la sien. Cambio climático no deja paso a la luz, porque ellos los malos, nos la han quitado.

 

 

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