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Dulce y atemporal, así es Colorado

Por Sandro Maciá

Así como en el mundo de la moda hay prendas que no pueden clasificarse según la difusa división temporal de Otoño-Invierno y Primavera-Verano, en la industria musical existen ciertas bandas que gozan del lujo de poder vivir al margen de la ley de las etiquetas.

“No rules, my friend”, que diría algún yanqui. Esa expresión podría resumir el concepto que identifica a grupos como Colorado, una formación que no pierde la naturaleza de sus composiciones. Al contrario, la mantiene hasta el extremo de crear piezas que se salen del estándar de canción de amor, desamor, alegría o tristeza para convertirse en creaciones que serán disfrutadas por quien quiera y como quiera. Por eso, debido a su estilo propio y característico, un track que hoy nos puede ayudar a despertar de buen humor, mañana puede llevarnos a rememorar lo que algún día sentimos por alguien y sumirnos en la más extensa melancolía.

Es así. Pero ahí reside el encanto de Colorado, un conjunto que nace de las inquietudes de Modesto Colorado, un joven ligado a la música desde la adolescencia y que ahora, en el proyecto que abandera su apellido, se rodea de Rafael Caballero (con el bajo, el contrabajo, las guitarras españolas, acústicas y eléctricas, el ukelele, los teclados, percusiones y programaciones, E-bow, y coros), Jose Lozano (con las guitarras eléctricas) y Mario Tebar (a la batería) para ofrecer al mundo su primer trabajo de larga duración: Los que se pelean se desean (Flor y Nata Records, 2014).

Con melodías que, desde lo personal y la calidez de la voz pueden llegar a recordar a bandas del corte de los vascos Ama –en su Exposición Permanente (2009)-, unas veces, y a grupos más cercanos al pop guitarrero, tipo Nixon, en otras, Los que se pelean se desean recorre, al estilo de la libre interpretación por cada oyente, un camino que nos hará parar en El baile del encantamiento bajo el mar -para disfrutar de una guitarra que rezuma ecos setenteros-, en Hawai –siendo testigos del canto al orgullo frente a la musa altiva- y que nos incitará, además, a elaborar hasta un Nuevo plan –¡bendita batería en esta canción!-.

Todo ello ha sido precedido por Lo mejor de estos días, un coloreado single que ejemplifica, con su estribillo nostálgicamente dulce, ese romanticismo que cada cual vivirá como guste, dejándose llevar por el espíritu de este tema que “habla de viajes, de sensaciones, de visitar ciudades, de descubrir rincones increíbles y la huella que dejan esos momentos, si los has vivido con alguien que te hace sentir bien.”

Grabado en los estudios La Casa en el Árbol (Albacete) y coproducido entre Rafa Caballero (productor de Karenin) en el disco han intervenido, entre otros, músicos de la grandeza de Raúl Santos (Los Planetas, en su disco Pop, y Najwa Nimri), Jose Manuel Mora (Surfin Bichos, Mercromina y Burrito Panza) Jose Maria Castillo (Travolta), Rafa L. Lazaro (Asustadizo), así como han coreado Trinidad Sanchez, o Llanos Sevilla.

¿El colofón? El diseño del disco, con una portada a la altura, diseñada por Mikko.

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