Una autobiografía fragmentada
Por Eduardo Boix
Para todo escritor las vivencias que ocurren en la niñez son una gran fuente de inspiración. Son muchos los casos en los que la infancia y adolescencia han sido claves a la hora de crear una sólida carrera literaria. Para Félix Romeo sus recuerdos de infancia fueron claves en su primera novela, Dibujos animados. Para Ballard El imperio del sol, novela testimonio, fue la obra que lo encumbró. Estos dos ejemplos han sido elegidos al azar, hay otros muchos en los anaqueles de la historia de la literatura.
El último libro que me ha parecido predecesor de los anteriormente citados ese es Entresuelo de Daniel Gascón. Gascón a finales de 2006, se fue a vivir al piso de sus abuelos, un entresuelo en un ensanche zaragozano. Este libro cuenta la historia de su familia a través de esa casa: la llegada a la ciudad de una pareja de recién casados desde un pueblo de Teruel, una serie de trabajos que incluyen una buena dosis de picaresca, la vida en un piso que acoge a otros matrimonios y a parientes de paso por la ciudad, el cambio paulatino desde una mentalidad cerrada, rural y religiosa a una visión abierta, urbana y laica. Cuenta los primeros meses en Zaragoza de un objetor de conciencia aficionado a la poesía: su padre. Narra sus propias estancias en el piso en los años ochenta y noventa, entre un puñado de personajes inolvidables y aficionados a contar historias.
En Entresuelo, la casa es un mero decorado donde transcurren las historias o los recuerdos. Gascón construye una autobiografía de lo que conoce, de lo que le han contado a lo largo de su vida. A lo largo de la lectura de éste libro, se percibe el gusto por la lengua, por las palabras, por las historias que se cuentan. . En sus páginas hay una aproximación lateral a las últimas décadas de la historia de España, y una reflexión íntima y emocionante sobre la memoria y el tiempo. La transmisión oral ha sido parte fundamental en el aprendizaje de Gascón y eso se percibe en la forma en la que están contadas las historias. Entresuelo es un libro alegre pero con poso. Esta novela es la prueba fehaciente de que estamos ante un escritor de raza, que seguro que nos seguirá alimentando de grandes historias, que aun están por contar.