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Diez pensadores ante la corrupción

Por José Luis Sola

Recientemente ha sido publicado el informe con los Índices de Transparencia Internacional en los que nuestro país ha quedado en una posición intermedia dentro de la tabla, lo curioso es que países que no tienen democracia como Qatar o EAU hayan sido calificados como más transparentes que España, si analizamos sólo los países que forman parte de la UE, España ocupa un puesto 18 sólo por delante de la mayor parte de los países del Este y sobre Grecia e Italia. Lo cierto es que si hacemos una búsqueda rápida en Google con las palabras “Marca España corrupción” encontramos que en menos 0,32 segundos aparecen 543.000 resultados (para echarse a temblar si lo comparamos con los 2.980.000 resultados que aparecen si buscamos las palabras “Marca España”.

La corrupción está presente en nuestra vida cotidiana, se ha convertido en tema de conversación y de debate, además de ocupar las primeras páginas de periódicos y telediarios. Pese a que la corrupción ha existido siempre, es ahora cuando se saca más a relucir y en ello tiene que ver la coyuntura económica, el despilfarro y el descontrol no está bien visto por parte de la sociedad, pero yo me pregunto, ¿hace 10 años no estaba mal?, ¿por qué hace 10 años no se comentaba lo mismo? Creo que la situación actual ha venido bien para que los ciudadanos tomen consciencia de la importancia de la política y del sistema político.

¿Tiene solución la corrupción en nuestro país? Tal y como algunos afirman es estructural, en eso estoy de acuerdo, forma parte también de la esencia de las personas; pero qué cromosoma o qué parte del ADN es diferente de un habitante de Dinamarca, de Suecia o de Noruega (los países donde menos corrupción se percibe).

Considero que la lucha contra la corrupción debe ser integral y debe llevar aparejada la aprobación de medidas urgentes y directamente aplicables. La primera de ella pasaría por la modificación de las leyes para que aquel que se haya lucrado con los fondos públicos devolviera íntegramente lo robado a todos los españoles de forma urgente. Lo de dimitir es una expresión muy manida, sería necesario complementarla con la modificación de la ley electoral, convocándose automáticamente elecciones parciales si hay razones fundadas de que un responsable político ha cometido un delito.

Fue Montesquieu quien en el s. XVII articuló su Teoría sobre la Separación de Poderes, el Poder Judicial, el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo son tres poderes diferentes (interrelacionados), pero no se puede permitir que ningún poder oriente la función de otro, es inasumible que en una Democracia y más en temas de corrupción que el Poder Ejecutivo se inmiscuya en el Poder Judicial que debe aplicar las leyes de la forma más justas e independientemente posible. De la misma forma, es necesario establecer más partidas presupuestarias para actualizar la justicia al siglo XXI, a la realidad y a las necesidades de la sociedad. Hay que actuar de forma rápida y diligente contra todos los casos de corrupción, con todos los medios económicos y legales al alcance de la Fiscalía y de la Judicatura.

Por otro lado, todas las políticas que llevan aparejadas la Transparencia y el Buen Gobierno llevarán como contrapartida una mayor participación, además de un conocimiento más exhaustivo de qué decisiones adoptan los policy-makers y cuál es el motivo que las originan. También es importante que todos los partidos políticos profundicen en la democracia interna, dando transparencia a sus actividades, a sus ingresos y a las fuentes de dónde se obtienen y a los gastos, sobre todo aquellas partidas que llevan aparejadas subvenciones públicas, es decir, el dinero de todos los contribuyentes.

Para finalizar, en materia de transparencia debe aplicarse la máxima de Julio César: “La mujer del César no solo debe ser honrada, sino además parecerlo” y es que los representes públicos además de ser honrados y honestos en el cumplimiento de sus funciones públicas deben de parecerlo.

Hartos de corrupción es una obra de la editorial Herder que recoge las percepciones sobre la corrupción de diez pensadores de diferentes ámbitos bajo el prólogo del profesor Manuel Villoria junto a extractos de grandes filósofos como Platón, Cicerón, Weber o Hannah Arendt entre otros.

 

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