La pérdida de la inocencia para sobrevivir
Por Vanessa Díez
Cómo te puede cambiar la vida de un momento a otro, sin esperarlo, sin planearlo, sin ser consciente. Aquel al que no consideramos enemigo, por no conocerlo, se convierte en tu verdugo y siega tu libertad. Tu voluntad a sus pies a cambio de tu vida ¿Qué es una vida? Para algunos no es nada, poca cosa, moneda de cambio o incluso ganado, vidas humanas reducidas a cenizas. Cuando alguien considera que se deshace de escoria, de mierda, cree firmemente que está haciendo lo correcto, un favor a la humanidad, por alto que sea el precio de tal fin.
Matar poco a poco. Personas sitiadas como ganado, como fuerza de trabajo por la causa, sin importar si comen o no o de qué forma consiguen llevarse algo a la boca. Los primeros que son transportados son los que reciben la sopa común, la caridad del gueto, otra forma de controlar a los más débiles, saber cuántos son para ofrecerlos en sacrificio en el momento adecuado.
Hacer negocio de los muertos. La desgracia de unos es la salvación de otros. Comerciar con el peso de una herencia recibida antes de tiempo. Los judíos siempre han sabido salir adelante, a cualquier precio, si no hay un mañana hay que crearlo. Sí, los judíos vendían los enseres de sus familiares deportados, pero los cristianos los compraban, antes que los alemanes se apropiaran del botín y lo enviaran a sus familiares en Alemania. ¿De dónde sale la oportunidad en el mercado de segunda mano? De la desgracia casi siempre. Incluso hoy en día se desconoce el origen, puede que gran parte de los desahucios nutra la oferta, pues la demanda ha cambiado ante la reducción del poder adquisitivo del comprador. La desgracia de unos sigue siendo aprovechada por otros. La oferta y la demanda. Aplastados por el mercado.
Los alemanes fueron maestros del reciclaje, nada se desperdiciaba, incluso la ropa de calle se aprovechaba para fabricar zuecos, los pijamas y las herramientas pasaban en herencia a los nuevos cautivos. Reciclaban personas, exprimiendo su fuerza y su alma. Esclavos sin memoria. El pasado ya no existía, cada día se parecía al siguiente. Hombres y mujeres que levantaban paredes sin sentido en medio de la nada, reforzaban su propia prisión. Se consumían sin piedad. Eran golpeados día y noche, a cargo de escoria que los trataba como animales.
Las muñecas más bonitas eran reunidas en una casita de tejado rosa, fue el mejor engaño el día de su llegada. Jamás creyeron que los barracones de la derecha serían para personas, esqueletos humanos que todavía caminaban esperando la muerte, eran las descartadas como fuerza de trabajo. El burdel era tan sólo un privilegio para las más bellas, para el disfrute de la tropa. Putas judías marcadas. Feld Hure. Eran esterilizadas. Sólo tenían que entregar su cuerpo cada día a las dos. Tres informes por no dar satisfacción eran la muerte. El placer de los hombres primordial. Con ellas también se investigaba para el avance de la ciencia, las descartadas que no contrajeran enfermedades venéreas, pues esas jamás volvían, se usaban para la inseminación in vitro, para extracción de órganos, para partos múltiples… Cobayas dentro de un laberinto sin salida. Muchas de ellas enloquecían y preferían la muerte.
KA-TZETNIK 135633 esconde el nombre de un superviviente de los campos de concentración. Salamandra, su primera obra, fue su testimonio. En La casa de las muñecas en forma de novela nos ofrece pedazos de historias de otros, historia basada en los diarios de su hermana. Tenía que contar al mundo la tragedia de las víctimas para que nadie pudiera olvidar lo que había sucedido. Lo peor que puede pasarle a un pueblo es que olvide su historia, porque si eso sucede puede volver a repetirse.