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Nuevo trabajo de Linda Guilala

Por Sandro Maciá.

Agárrese quien pueda a lo que más a mano tenga. Una silla, una mesa, el sofá sobre el que repose o el marco de una puerta. Lo mismo es. Que se coja a lo que menos trabajo le cueste y a lo que mejor le permita asirse porque, amigos, va a ser imposible reprimir la inercia de querer ponernos de pie y dejarnos llevar por lo que ahora nos traen los que, según dicen, pueden considerarse orgullosos continuadores de la energía y concepto de los extintos Juniper Moon: Linda Guilala.

El dúo que sorprendió al mundo con su –bien envejecido- Bucles Infinitos (Elefant, 2009), presenta en estos días  Xeristar, un nuevo trabajo compuesto por 6 temas tan deliciosamente atroces como las inmensas ganas de estos jóvenes de seguir luchando por hacer extensiva su impronta a obras de, incluso, otros compañeros del gremio a los que han producido diversos proyectos desde sus estudios Kaiju, como Axolotes Mexicanos, When Nalda Became Punk o Los Bonsáis; producciones que, por si fuera poco, han podido combinar con el acompañamiento a Marco Maril como banda de directo de Apenino.

 

Desde Chicas guapas (que van a trabajar en moto) hasta Sábados de tormenta -pasando por Lo siento mucho, Verano, No me veis y Haciendo daño-, cada corte del disco nos lleva a sentirnos inmersos en una espiral intensa y eléctrica que no se acota más que por las barreras creadas por el “nuevo fichaje” de la banda (Bruno Mosquera), con sus muros sonoros elaborados a base de contundentes guitarras que, a su vez, abren paso a reverberantes voces y con una marcada percusión.

Así, no es extraño que salte al aire la lógica comparación con grupos como Los Planetas o My Bloody Valentine. Pero, puestos a hacer de la justicia una virtud, lo que convierte a Linda Guilala en una adicción es su capacidad de no aburrir con temas de golpe y azote -Chicas guapas (Que Van A Trabajar En Moto)-, de no perder su chispa aún con canciones de melancólica dulzura –Lo siento mucho- y de no saturar con grandes cantidades de ruido que divagan entre el pop y el rock –atención a No me veis-.

Comparaciones a un lado, lo indudable es que poco más puede añadirse a tal inyección de adrenalina. Por eso, a la espera de poder disfrutar de sus directos, nos conformaremos con agradecer que hayan optado por editar el trabajo en un bonito formato de Mini Lp 10” en vinilo transparente y en edición numerada de 500 copias. Todo un detalle.

¿Más razones? No son necesarias.

 

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