Negra nos regala un personaje femenino fuerte que lucha ante todo
Por Vanessa Díez
Negra. Con cada letra, con cada significado del diccionario, con cada costumbre, con cada cliché, con cada prejuicio, con cada receta, con cada baile, con cada sortilegio. Desnuda, fuerte, valiente. Frente a un país que vigila queriendo ser una mujer libre, consecuente con sus deseos y su placer. Los hombres transitan por su vida, por su cuerpo que se cubre de miedos y dolor frente a la pérdida, sin madre que se prendió candela para no enfrentar la vida.
Nirvana del Risco sale adelante en Cuba sin querer abrir los ojos frente a la forma de vivir en un país en el que todos los ojos vigilan. Su abuela es la muestra de un pasado familiar lleno de rituales para enfrentar el futuro, limpias y lecturas para saber el porvenir. Una herencia a la que Nirvana se resiste por mucho que afirme el babalawo que hay oscuridad en su mañana. Ella tan sólo se preocupa por sentir, vivir al día sin pensar en el qué dirán o si existirá un mañana en el que arrepentirse de cada mal paso dado. Cada hombre será un suceso que lleva a circunstancias que se escapan de su control, sin poder creer que nada haya cambiado.
Nirvana y Lu se dan placer una a otra, aunque los hombres se sucedan en su vida, tan sólo ellas son la constante que va y viene ante los problemas, ante el dolor y la pérdida. Sus cuerpos cálidos, volubles, blanco sobre negro, bajo las sábanas, al fondo del caserón, en la oscuridad del cuarto. Cuando ellas viajan a Francia se enfrentan a la incomprensión ante su forma de ver la vida, ya que en la vieja Europa tampoco nada es lo que parece. La libertad no es tan libre y se vive según las apariencias como en su Cuba natal, al menos allí saben a qué atenerse.
Zoé Valdés en La mujer que llora no hablaba muy bien de Wendy Guerra, se habían conocido, parece que Wendy más joven, de otra generación, se acercó al círculo de Zoé, la cual ya tenía una trayectoria literaria, y puede que aprovechase las circunstancias para hacer contactos a su alrededor. Por la experiencia que tengo son reproches usuales en el mundillo, cuando alguien más joven que todavía no ha demostrado su valía en el gremio se acerca a otros para conocerles y puede que en un futuro ascender gracias a conocer a unos u otros. No conozco a Wendy ni a Zoé, tan sólo como lectora puedo decir que he fluido a través de Negra.
Negra nos hace viajar a través de los recuerdos de Wendy Guerra, pues en Cuba no se publica su obra, disfrutar de la ciudad a través de monumentos, calles, costumbres y comidas. Además aprovecha para reflejar aquello que se calla allí como las contradicciones de aquí, ella disfrutó de una beca en su momento, parece que no fue una experiencia ideal. Los rituales son el marco que sitúa al personaje frente a la tradición que no desea heredar, el ayer frente al mañana.