El tema judío sigue siendo un tema tabú y difícil de tratar
Por José Luis Sola
El devenir histórico queda reflejado en los pueblos y las ciudades, en el modo de organizar la sociedad, en las leyes, en el urbanismo, en la arquitectura, en el arte, en la música o, como acontece en este caso, en la literatura. En este ensayo son analizadas las obras de Mihail Sebastian, Sholem Aleijem, Bruno Schulz, Giorgio Bassani, Aharon Appelfeld o Danilo Kiš.
Este es un libro que conjuga 4 elementos y en el que queda patente como las circunstancias políticas y sociales marcan a todo un pueblo. Es un documento en el que se combinan 2 fechas (1945 y 1989), un área geográfica concreta (Rumanía, sus relaciones con la Unión Soviética y Occidente) y un pueblo con una determinada religión, la judía.
El desarrollo de los regímenes totalitarios de Hitler y Stalin, dos líderes capaces de eliminar los recuerdos de los ciudadanos y donde el miedo era la doctrina oficial. Dos regímenes que usaron a los judíos como chivo expiatorio y a los que culpabilizaron de todos los males y la solución pasaba por su exterminación. Entre purgas y campos de concentración más de 6 millones de judíos fueron asesinados.
Rumanía no escapó de esa barbarie, primero como aliada de la Alemania nazi y tras 1945 como país satélite de la URSS, que siguió una política en el que se estigmatizaba el pueblo judío en connivencia con Moscú. La llegada de Ceausescu alejó a Rumanía de la férrea doctrina de la URSS por su crítica a la intervención en la República Checoeslovaca y Afganistán o su petición de romper el Pacto de Varsovia. Sin embargo, y a pesar de los deseos de democracia y libertad se impone el culto de la personalidad (siguiendo el estilo del norcoreano Kim-Il-Sung), y siguen prohibidos la libertad de prensa, la libertad de expresión y la libertad de creencia, lo cual hace que los escritores intenten bordear la ley para escapar de la censura y de sus recomendaciones, convirtiéndose los recursos literarios en los mejores aliados de éstos.
La única posibilidad de ser libre era huir a occidente, ello significaba dejar atrás las raíces, la cultura y la familia, pese a los cambios políticos habidos tras la caída del Muro de Berlín en 1989 el tema judío sigue siendo un tema tabú y difícil de tratar.
Norman Manea nació en la región rumana de Bucovina en 1936. Fue deportado en la infancia, junto con su familia, de origen judío, a un campo de concentración. Durante los años sesenta se dio a conocer como escritor en la Rumanía comunista. Distanciado del régimen, en 1986 aceptó una beca para estudiar en Berlín occidental y al año siguiente se instaló en Estados Unidos. Actualmente vive en Nueva York y combina su actividad literaria con la docencia en el Bard College.