Zumbido: un camello criado entre vacas y toros
Por Ana Olivares
Esta semana toca una novela “ranchera” ambientada en la ciudad australiana de Timber Creek narrada por el jovencísimo Danny Dawson, quien con apenas trece años debe hacer frente a la sequía que amenaza al ganado de su padre. Pero en casa de los Dawson se vive una situación difícil pues tras la muerte de Jonny (el hermano mayor) en un accidente doméstico, su hermana Sissy de catorce años regresa embarazada del internado, aunque no está dispuesta a decir quién es el padre. Todo comienza a complicarse para Danny, que debe soportar los continuos llantos de Sissy; las continuas preguntas de Emily (la hermana pequeña) mientras echa en falta a su hermano. Piensa que es el único que nota su ausencia porque nadie habla de él, pero también se da cuenta de que nadie habla acerca del embarazo. Danny no entiende porqué debe ser tan cuidadoso con Sissy, llegando a pensar que ésta es una “follagenes” (blanca que se acuesta con un nativo de una tribu) que no merece compasión. Ese egoísmo propio de su inmadurez le lleva a sentirse solo e incomprendido hasta que haya consuelo en Zumbido, una cría de camello perdida a la que da cobijo;y en Liz, la inglesa que ha acudido a trabajar en las tareas de casa. Al principio piensa que Liz es como otra chica más, tonta y ridícula porque es vegetariana y ha acudido a un rancho en el que cada día se sacrifican animales. Más tarde Danny comprenderá que la forma que tiene Liz de entender la vida quizá sea una perspectiva nueva que le permita comprender la situación.
Sinceramente la narración es buena, pero al ser conducida por el joven Danny pierde profundidad. A veces te dan ganas de matar a su protagonista por la cantidad de barbaridades que piensa, por su egoísmo y por su incapacidad para comprender la situación de su familia. No concibo cómo un chico de trece años que vive, estudia y trabaja en un rancho ganadero pueda ser tan inmaduro. Su mentalidad se acerca más a la de un niño de ocho años, por lo que la psicología del narrador no se ajusta nada a la realidad. Ésta claro que habrá jóvenes que con trece años aún no se hayan desarrollado completamente o puedan arrastrar algunos roles de la infancia; pero de eso a que no entiendan lo que supone la repentina muerte de un ser querido o un embarazo de una joven de catorce años dentro de una “familia normal” hay un gran abismo. Puedo justificar su ineptitud por la herencia machista y racista que recibe de su padre (al menos la que se percibe en muchas de las situaciones que protagoniza el señor Dawson) o por las influencias que extrae de la “cuadrilla” de trabajadores; pero hasta ellos, sean nativos o “ingleses colonizadores”, guardan respeto ante los problemas de los Dawson.
Lo único positivo de esta novela es la relación que Danny mantiene con Zumbido, porque entre ambos nace una amistad que refleja la simbiosis que puede alcanzar el humano con un animal. También el personaje de Liz, la inglesa prudente aunque ajena a lo que implica el trabajo en un rancho y que se hace amiga de Danny y Zumbido ayudando al primero a entender la realidad. Y por último, que su autora Ali Lewis consigue narrar de forma fidedigna como transcurre el día a día en un rancho australiano, rozando el tema del racismo, pero sin condenar un machismo que permanece intrínseco en toda la obra.