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¿Donarías los órganos de tu hijo si muriera?

Por Vanessa Díez

Centrarse en historias anónimas, lo cotidiano es lo universal, podría sucedernos a cualquiera de nosotros, aunque no queramos ser conscientes y cambiemos de tema cada vez que nos ronda la muerte en una conversación cotidiana. Cuando cualquier ser querido intenta compartir sus planes sobre que hará con sus restos e intentas hacer más liviana la conversación, ¿incineración o entierro?, ¿tumba o nicho?, te excusas diciendo que no es el momento, pero ¿cuándo lo es? Somos una sociedad que no habla de muertos, tan sólo les rinde homenaje con respeto mediante unas flores cada cierto tiempo o quizá además adecentando el aposento donde están los restos, puede que también una misa llena de dolor contenido, en cambio en México les rinden homenaje de otra forma, celebrando con ellos para no olvidar, aceptando e intentado llevar de mejor forma la pérdida, brindando con tequila por los antepasados y haciendo una fiesta para recordarles, incluso entrando al campo santo.

Nunca me había planteado qué sucedería conmigo o con parte de mí si un accidente sesgara mi vida, además muchas veces no dejas un testamento vital preparado y son otros los que deben tomar decisiones por ti o para que parte de ti beneficie a otros. Un pedazo de ti viviría en otro y a veces, para algunos, eso es el último consuelo de que sigas aquí. Decisiones todas ellas difíciles si deben ser tomadas además en el momento en que la herida se ha producido y cuando todavía está sangrando de forma abundante y caótica en una sala de urgencias, todo acaba de cambiar de un momento a otro, un punto y aparte, de la vida a la muerte tan sólo existe un segundo y no hay vuelta atrás lo que no ha sido dicho puede que ya no se diga más.

Maylis de Kerangal afronta un tema duro y complejo. Abordar todos los personajes que intervienen en el proceso de la donación de órganos. Imaginar el camino desde el donante hasta el receptor. Aquel que quiera adentrarse en este camino de espinas vivirá el dolor de la pérdida de los padres, la dura decisión que tendrán que afrontar aún con el shock que los enloquece y los paraliza, los médicos y enfermeros que intermedian, hasta llegar a algunos de los receptores que con esperanza enfrentan un nuevo comienzo que también será arduo pues son muchas las pruebas antes, durante y después de la operación, además de un tiempo de aceptación del trasplante por parte del cuerpo intervenido con todos los cambios en el organismo y los fármacos a administrar y las evaluaciones a efectuar. La idea surgió como apuntó Maylis de una conversación con un enfermero “Conocí a un enfermero coordinador de trasplantes, encargado de obtener el consentimiento de las familias, en pleno duelo. Quedé conmocionada. Hay una forma de heroísmo discreto en los donantes de órganos que me parece mucho más interesante que algunas figuras espectaculares de las que se nos habla sin cesar”. Una novela que te removerá, sin duda no te dejará indiferente, te hará replantearte ciertos temas que quizá no habías llegado a replantearte antes, quizá no era el momento.

Reparar a los vivos fue la gran revelación de la literatura francesa, la novela más galardonada de 2014: Premio France Culture-Télérama, Gran Premio RTL-Lire, Baileys Women’s for Fiction (antes Orange), Premio Literario Charles Brisset, Premio Relay des Voyageurs, Premio Paris Diderot-Esprits libres,  Premio de los lectores L’Express-BFMTV. Además estuvo durante meses entre los más vendidos. Y Maylis de Kerangal una autora a tener en cuenta.

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