El verdadero amor es eterno
Por Ana Olivares
Y ellos se fueron es una novela histórica que nos traslada a la España de principios del siglo XX, en 1906, cuando la plaga de la filoxera llega desde Francia y asola los viñedos de las tierras andaluzas. Muchas familias se arruinan y se sumen en la pobreza, y algunas se verán obligadas a emigrar a Sudamérica en busca de nuevas oportunidades. Este es el caso de la familia de Isabel Ayala Cervantes, la cual se ve arruinada y ve en el matrimonio de su hija con Paco Reyes una salida a su pobreza -o al menos de nuestra protagonista-. Isabel, que apenas cuenta con dieciséis años ya entregó su corazón a su amado Antonio Ruiz, pero se ve obligada a casarse y a marcharse con su marido a Argentina. Sin embargo, Antonio, como cualquier amante incondicional que se preste le promete que la seguirá allá donde vaya…entonces será el propio destino quien se encargue de volverlos a unir a través de los años. Ella luchará por renunciar a su verdadero amor anteponiendo el bien de su familia a sus deseos; mientras que Antonio tratará de razonar con el férreo carácter de Isa, la que no consigue alejar de su mente.
Esta es una narración cercana que nos transporta de lleno al mundo de Isabel Ayala una extraordinaria mujer coraje que se mantendrá firme ante las vicisitudes de una vida que no ha elegido, pero que abraza con valentía para dedicarse enteramente a su pasión: las viñas, la bodega y su finca «La Armonía»; que le ha aportado libertad suficiente para albergar esperanza. Pero como sucede en todas las familias, los secretos siempre son fuente de “terremotos emocionales” que acaban trastocando nuestras vidas; y como la verdad a veces es demasiado dura como para admitirla, ella prefiere callar, aguantar en silencio la complicada situación que debe soportar por el bien del negocio familiar. Finalmente abrazará su verdad, aunque ya no sabe si otro 25 de mayo en su hotel de Buenos Aires la seguirá esperando el único hombre al que en realidad amó.
Una valiente historia de amor en tiempos convulsos que convive entre Algarrobo (pueblo natal de la mayoría de los protagonistas) y Mendoza (Argentina) donde nacen los nuevos personajes que continúan la historia. Éstos últimos evidencian que las alegrías o las penas del alma se pueden repetir generación tras generación si alguien no está dispuesto a aceptarlas, pero esto puede cambiar, pues al fin y al cabo nada está escrito.
Se trata de un relato evocador, lleno de valentía y coraje, de estos que dejan huella en la mente de cualquier lector, porque de hecho, esta novela es rica en argumento, estructura, prosa y caracterización de los personajes. Es un libro muy recomendable para esas tardes de verano sentado al aire libre mirando al parque, al mar o y si existe la oportunidad, a un campo repleto de viñedos que se pierden en el horizonte, pues en ellos se esconden pasiones humanas que pueden cambiar incluso el transcurso de la historia.
La calidez de su autora, Viviana Rivero se plasma en cada una de las líneas escritas, elegidas con delicadeza pero que no parecen medidas, pues consiguen que la historia se nos vaya descubriendo por sí misma como una canción. Hacía tiempo que no caía en mis manos una novela tan íntima y cercana, en la que te sumerges en lo amargo y dulce de la vida.