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Libia, de Gadafi al Colapso

Por José Luis Sola

Durante los primeros meses del años 2011 se produjeron una ola de manifestaciones a lo largo y ancho de algunos países árabes del norte de África y del lejano y medio oriente,. Sin embargo, muchos quisieron teorizar tales movimientos como la “Cuarta Ola de Democratización”.

Se llegó a pensar que al igual que en Europa del Este, muchos países con regímenes dictatoriales, pasarían a ser democracias liberales, y es que en los los citados países se estaban generando movimientos populares tendenten a la búsqueda de mayor libertad de la ciudadanía.

Si hacemos un breve repaso de las mayores manifestaciones que se produjeron en Siria, en Libia, en Túnez o en Egipto todas ellas se organizaron por medio de las redes sociales y tenían como objetivo pedir reformas democráticas y todas ellas pasaban por destituir a los dirigentes del momento. No obstante, ninguna de las revoluciones acabó de forma pacífica, ni Libia, ni Egipto, ni Siria lograron gobiernos democráticos con elecciones libres, donde hubiera igualdad de condiciones para todos los candidatos y la ciudadanía tuviera garantizados todos los derechos sociales, civiles y políticos.

El resultado posterior no es más que la intervención de los Estados Unidos y algunos países de la Unión Europea como Reino Unido en otros países soberanos. El fracaso de Afganistán o de Irak no fueron suficiente para los gobernantes de Estados Unidos que instigaron y armaron a aquellos que se manifestaron pacíficamente con el objetivo de deponer a los gobiernos (bien es cierto, que no eran democráticos); pero tampoco lo eran los que surgieron.

Lo deseable es que todos los países tengan democracia, sistema en los que los gobernates son elegidos por los ciudadanos en libertad, con todas las garantías de la ley, donde la libertad de expresión, la libertad de opinión, de pensamiento, de religión fueran respetadas y no fueran perseguida la disidencia política. Sin embargo, no todos los pueblos están preparados para la Democracia ni la Democracia funciona en todas las sociedades, su establecimiento nunca puede ser una imposición, ni por un grupo (por muy mayoritario que sea) y menos por una potencia extranjera. La democracia debe venir por el consenso de todos los grupos de la sociedad y por la creencia de que es el mejor sistema que puede organizarse un pueblo.

Desafortunadamente la Primavera árabe no trajo grandes cambios en la región donde se originó, en algunos países surgieron algunas reformas pero para Libia o Siria la primavera fue un retroceso, con la toma de poder de grupos integristas y yihadistas que están causando el terror. Libia es un país ingobernable; en guerra civil y de Siria podemos decir que es el drama humanitario más importante de la última década con más de 30.000 muertos, un gran éxodo que no se recordaba desde la II Guerra Mundial y con la sombra de la Guerra Fría acechando.

Jon Lee Anderson es un periodista especializado en temas de amércia latina y más recientemente las guerras posteriores a los atentados del 11S.

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