Terroristas, espías y asesinos
por Ana Olivares
Esta semana os traigo el Best Seller de Daniel Silva por cortesía de la editorial Harper Collins.
El espía ingles forma parte de una saga protagonizada por Gabriel Allon, un legendario espía y asesino profesional al que acuden los servicios de inteligencia británicos para atrapar al terrorista que ha atentado con una bomba contra el yate de la ex princesa de Inglaterra. Éste, recurre a su vez al británico Christopher Keller, un exmilitar de élite convertido en asesino profesional que conoce de primera mano la mortífera eficacia de Eamon Quinn, terrorista que después de trabajar con el IRA irlandés centra sus ambiciones en ganarse la vida como sicario. Keller arrastra una vieja historia con Quinn, por lo que le moverá la venganza por encima del deber. Eso lo sabe bien Allon, quien a punto de ser padre de gemelos debe abandonar a su mujer para detener a Quinn.
Distintos organismos del gobierno de Inglaterra, como el MI6 (servicio de inteligencia secreto inglés) en operaciones conjuntas con el MI5 (Servicio de inteligencia secreto irlandés) y con la colaboración de otros servicios de inteligencia como el MOSSAD (Agencia de inteligencia secreta israelí) tratarán de dar caza a este terrorista y asesino profesional que ha puesto en jaque a la sociedad inglesa. Además, conforme la trama se vaya expandiendo capitulo a capitulo nos daremos cuenta que los rusos -los eternos enemigos – con el SVR (servicio de inteligencia ruso exterior) y el KGB (Servicio secreto ruso con sede en Moscú) están detrás de estos atentados por su colaboración con Eamon Quinn. Tan solo la pericia de nuestros dos protagonistas: Allon y Keller, podrá dar caza a Quinn y a sus colaboradores.
La acción se irá dosificando entre capítulos relevantes y otros repletos de intrigas e información ficticia que no hacen más que reiterar la pericia investigadora de ambos protagonistas. Como telón de fondo tenemos a sus superiores, que tienen un poco de gancho, como Graham Seymour (jefe del MI6) o Amanda Wallace (directora general del MI5). Y por la parte de los “malos” al ruso Alexei Rozanov, que decorará este pastel demasiado empalagoso para mi gusto. Y es que esta novela no podemos englobarla dentro de la novela negra, ya que carece de algunas características propias de este género como es la intriga, que se pierde entre tanta información de grupos terroristas que aquí se mencionan, como ISIS, que en realidad nada tienen que ver con lo ocurrido sino que sirven a modo de presentación para los otros personajes que actúan en conjunto con el archienemigo Eamon Quinn. También hay hueco para destacar la vida privada de Allon y Keller, un recurso que los hace más humanos a ojos del lector, pero que tampoco nos ayuda a reconocerlos como los héroes como pretende su autor. En realidad la novela es demasiado extensa para lo poco que cuenta, con capítulos que llevan el nombre de las ciudades donde nos sitúan y que empiezan precisamente como terminó el anterior capitulo resultando reiterativo. Los diálogos, más presentes que la narración en sí convierte esta novela en una especie de guión cinematográfico.
Finalmente aclarar que esta es sólo una humilde opinión de una lectora desengañada ya con la palabra “Best Seller”, pues sólo indica ventas, no calidad.