Crónica de una traición.
Por Eduardo Boix
La traición y la culpa son dos temas tan universales como lo pueden ser el amor o la muerte. Judas es un personaje muy tratado en la literatura o el arte, pero no lo suficiente como para que nos hayamos saturado, de él. La Biblia, la mitología, son fuente inagotable para los artistas de todas las disciplinas. Las sagradas escrituras, son tan referenciales que se podrían contar tantas historias de formas diferentes y nunca contar realmente la misma. Caín, Judas, Adán y Eva y la pérdida del paraíso, el éxodo de Moises, y muchísimos más temas nos acompañan en la memoria colectiva.
Judas de Amos Oz publicado por Siruela nos habla de los propios temas que le sobrevuelan en su obra, la traición, la relación entre el cristianismo y el judaísmo, la creación del Estado de Israel. Que a su vez son temas gigantes y fascinantes a la vez. En el invierno de 1959, el mundo del joven Shmuel Ash se viene abajo: su novia lo abandona, sus padres se arruinan y él se ve obligado a dejar sus estudios en la universidad. En ese momento desesperado, encuentra refugio y trabajo en una vieja casa de piedra de Jerusalén, donde deberá hacer compañía y conversar con un anciano inválido y sarcástico. A su llegada, una atractiva mujer llamada Atalia advertirá a Shmuel de que no se enamore de ella; ese ha sido el motivo de la expulsión de sus predecesores. En la aparente rutina que se crea en la casa, el tímido Shmuel siente una progresiva agitación causada, en parte, por el deseo y la curiosidad que Atalia le provoca. También retoma su investigación sobre la imagen de Jesús para los judíos, y la misteriosa y maldita figura de Judas Iscariote, la supuesta encarnación de la traición y la mezquindad, va absorbiéndole sin remedio.
Judas, el regreso de Amos Oz a la novela, género que no había frecuentado desde Una historia de amor y oscuridad, plantea una audaz y novedosa interpretación de la figura de Judas Iscariote en el contexto de una angustiosa y delicada historia de amor. Una novela que es un homenaje a Jerusalén y que es otro dedo en la yaga de los ultraortodoxos judíos, a los que se lleva enfrentando tiempo. Oz nos habla de la traición con sabiduría. Judas es una novela, dura y a la vez luminosa. Un gran libro para tiempos convulsos.