El mundo occidental es haram (prohibido)
Por Ana Olivares
Esta semana traigo un libro de actualidad, realista, reivindicativo e informativo acerca de la situación de inestabilidad que viven las provincias musulmanas en la zona del Cáucaso ruso. Concretamente la historia nos sitúa en Daguestán, una región montañosa en la que la catástrofe no tarda en aparecer tras un bulo: “el gobierno ruso está construyendo un muro para separar las provincias musulmanas del resto de Rusia”. Al principio, nuestro protagonista y joven reportero local de Makhachkala, Shamil, no da importancia a dicha noticia. Él sólo pretende seguir con su vida hasta que poco a poco se da cuenta de que no puede vivir ajeno a la crispación social. Se suceden oleadas de atentados y disturbios que retratan la decadencia de una sociedad marcada por la intolerancia, la violencia y los extremismos religiosos.
A través del día a día de Shamil, Alisa Ganíeva ha sabido retratar mediante conversaciones de a pie la controversia que genera el mundo islámico para los occidentales y viceversa. Nos muestra una sociedad en la que los musulmanes son fieles a su religión pero no son practicantes aludiendo con ello a que viven en paz; y apoya la actuación del gobierno ruso en la zona porque fomenta el bilingüismo mediante libros publicados en ruso y en daguestaní. Como el de Majmud Taguírovich Taguírov: Y en la cima de Rojel-Meer (La Montaña Festiva) habrá un lugar puro donde no existirán necesidades ni pobreza. Sin embargo acusa a los grupos religiosos, tanto salafistas como wahabistas de fomentar el odio y la represión entre los propios musulmanes provocando que los occidentales veamos como enemigos a todos los islámicos. Por eso debo explicar a grandes rasgos en qué consisten estas dos ramas religiosas: El salafismo es un movimiento tradicionalista que se basa en la creencia fundamentalista de interpretar de forma literal los textos religiosos del Corán y el Hadith (dichos y hechos de Muhammad) para volver al Islam de los Salaf (Muhammad y los compañeros del profeta del Islam). Trata de “desculturizar” al musulmán para refundar el Islam como fe originaria y como proyecto político. Por otro lado, el wahabismo, también es una corriente del islam sunní. Fundada a partir de las enseñanzas de Muhámmad Ibn Add al-Wahhab (1703-1792). Sus principios, la tasrik o defensa a ultranza de una visión integral del islam y la Yihad para imponerla. Desde entonces las normas impuestas en Arabia son severas: prohibición del alcohol, separación entre hombres y mujeres que aplica la charia (castigos corporales o lapidación) y la imposición de un estricto código de vestimenta a las mujeres que deben llevar el niqab (prenda que tapa todo el cuerpo excepto los ojos). Además de estos problemas, pone de manifiesto la intervención en la sombra de ciertos gobiernos occidentales que tratan de crear un clima de tensión para sacar beneficio. Algo que no nos será del todo ajeno sabiendo que el mundo lo manejan unos pocos.
Y contamos con un glosario que nos ayuda a comprender las expresiones ávaras y musulmanas. Vamos, que Alisa lo tiene todo controlado para que comprendamos su historia, sobre todo para no dejarnos indiferente ante lo que está sucediendo en Daguestán y en muchos otras poblaciones islámicas.
Alisa Ganíeva, con tan sólo catorce años ganó el Premio Debut en Rusia en 2009 con su primera novela ¡Salaam,Dalgat!, no es de extrañar que nos encontremos ante todo un referente vital con el que comprender de cerca los problemas que suscitan el cisma entre la sociedad occidental y la oriental. Su precocidad como autora sumada a la crítica social que mantiene en cada una de sus obras la convierten en un excelente ejemplo de valentía, por su necesidad de relatar la verdad por encima de los engaños de todo “sistema” – político, religioso o económico- y sobre todo porque nos acerca a ella de un modo simple y llano, para que ningún individuo se olvide de dicha verdad independientemente de su condición social. En definitiva, una heroína del siglo XXI.