Un canto al heroismo
Por Rubén J. Olivares
El lector en lengua castellana está de suerte al contar con la reedición de la Trilogía Bananera del guatemalteco Miguel Ángel Asturias de la que Viento fuerte es su primer exponente. Si tienes curiosidad por conocer el origen de la expresión “república bananera” más allá del uso cotidiano que se le da actualmente por parte de algunos tertulianos mediáticos (extraños animales que inoculan su opinión en el ciudadano medio), la trilogía de Asturias es el mejor manual para profundizar en sus orígenes y conocer, de paso, a uno de los principales creadores y promotores de la corriente literaria bautizada como “realismo mágico” tan asimilada a la obra del escritor colombiano Gabriel García Márquez. Porque sí, existe vida en el “realismo mágico” más allá de Márquez y sí, también hay otros escritores iberoamericanos que cuenta en su haber con un premio Nobel de Literatura, como es el caso de Miguel Ángel Asturias. Pero si éstos no son argumentos suficientes para acercarte a la lectura de Viento fuerte, sigue leyendo y déjame que te descubra porqué merece la pena dedicar tu tiempo a este libro.
La novela en sí es un canto al heroísmo innato del hombre sencillo que se rebela contra el asfixiante entorno sociopolítico y la explotación laboral al que se haya sometido, una reivindicación de la libertad y la búsqueda de derechos sociales para los oprimidos y todo un exponente en su máxima expresión del realismo mágico con su sorprendente final que no puedo desvelar para no caer en el spoiler literario. Hartos de la situación de explotación y avasallamiento en la que viven, los agricultores autónomos guatemaltecos que tradicionalmente habían cultivado otros productos, además de la preciada banana, iniciarán una épica lucha contra la todopoderosa Tropical Platanera S. A. (alegoría de la United Fruit Co.), con la ayuda de los idealistas Lester Mead y su mujer Leland Foster, gerentes de una plantación bananera.
Viento fuerte se convierte en el primer relato sobre los orígenes de lo que hoy en día conocemos como “república bananera”, a través del cual conocemos las atrocidades que en nombre de la defensa de los intereses de los EE.UU. y en contra del comunismo (proclamas políticas que ocultaban la defensa de los intereses comerciales de una gran multinacional por parte del gobierno estadounidense y que poco tenían que ver con la defensa de los intereses del pueblo estadounidense) se cometieron en Guatemala (y en el resto de Iberoamérica) y que tuvieron su cúspide en el golpe de estado del 54 que derrocó al democrático gobierno de Guatemala. Ello lo convierte en una novela con un fuerte trasfondo histórico que trasciende por su lenguaje a ésta.
Asturias nos brinda un ejemplo de porqué su literatura mereció un premio Nobel: su profunda descripción psicológica del carácter de sus personajes, el impacto de la naturaleza a lo largo de su obra que se convierte en un personaje más, su narrativa, extremadamente sensorial y sentimental y, cómo no, su perfecto dominio del castellano y el juego del vocabulario entre personajes, a saltos entre el lenguaje más refinado y la jerga de los agricultores, todo ello englobado en una acción narrativa que culmina en un final que es una muestra del mejor realismo mágico literario.