En casa de Lena no hay padre, pero ella piensa que si despejaran un poco el sótano, les cabría uno perfectamente.
Por Ana Olivares.
Esta semana os presentamos una novela infantil: Corazones de Gofre de Maria Parr. Se trata de literatura nórdica para niños de entre cinco y doce años (aproximadamente) que relata las aventuras de Theo y Lena, mejores amigos de un pueblo costero llamado Terruño Mathilde.
Lena es intrépida, divertida y muy aventurera. Theo, es la mente serena de los dos. Son vecinos, compañeros de clase, pero sobre todo son amigos del alma; aunque él a veces necesitaría que ella se lo confirmara de vez en cuando. Pero Lena está más pendiente de buscar a un padre, ya que vive sola con su madre en la casa de al lado.
Las largas vacaciones estivales les sirven para protagonizar las más desternillantes aventuras que puedan imaginar dentro de la cotidianidad que pueda ofrecer cualquier familia que se preste. Aunque la familia de nuestro narrador protagonista, Theobald Rodrik, Theo o Theíco para los amigos tiene algunos componentes muy peculiares como él mismo describe: mi madre, mi padre, Minda de catorce años, Magnus de trece, Theo de nueve y Caracola de tres. Y luego está el abuelo flaco y arrugado que vive en el sótano y al que adora… – Este último, será el más querido por los lectores ya que participará activamente en la mayoría de travesuras que protagonicen esta pareja de niños, recordándonos a su vez la relación tan especial que comparten los abuelos con sus nietos y viceversa. Aunque lo mejor de todo es poder compartir los ricos y calentitos gofres que la tía abuela les prepara y pasar el día juntos, salvaguardando los planes que idean ya que a veces terminan en catástrofe por parte de su alocada vecina…Imaginad la originalidad de un niño narrando la realidad y comprenderéis lo entrañable que resulta esta novela.
La obra contiene algunas ilustraciones muy bonitas realizadas por Zuzanna Celej. Son acuarelas en colores mates e intensos que acompañan y representan algunas de las situaciones que viven nuestra pareja protagonista. Otras son en blanco y negro, pero aportan frescura a la narración y son muy atractivas para los más pequeños.
En realidad la historia es tan bonita que es apta para todo tipo de edades. Realza valores cómo la amistad, la familia, el respeto y la compasión hacia los demás. Fomenta el hecho de compartir y la necesidad de proteger a los que más quieres. Además, se plantean algunas situaciones difíciles de comprender para un niño como la pérdida de un ser querido o la adopción; y el hecho de plantearse soluciones a los problemas ajenos simplemente por generosidad o amor al prójimo son el aliciente necesario para educar a las futuras generaciones mientras se divierten. Todo desde esa perspectiva mágica e inocente que tan sólo un niño puede concebir.
En definitiva, una maravilla de novela, tan dulce y entretenida cómo los corazones de gofre.