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La Edad de Oro del Hombre Anatómicamente Moderno

Por Ana Olivares.

Esta semana tengo el placer de presentaros una novela que os transportará a los inicios de la humanidad. Nos remonta al Paleolítico Superior Inicial en Europa con la cultura Auriñaciense, la primera realizada por el Homo sapiens en esta zona y que se extiende por la parte oriental y central del continente hasta Francia, la Península Itálica, la Cornisa Cantábrica y parte del mediterráneo español. Cómo esta misma cultura tiene distintas épocas y por tanto diversas dataciones, vamos a basarnos en los lugares que se nos describen en la propia novela unido a los yacimientos en los que están inspirados datando estos en líneas generales entre el 40.000 y 28.000 BP, aunque en algunos lugares de Francia perdura hasta el 25.000 B.P.

La historia se centra en la Ruta del Errante y el Autillo, ambos protagonizarán un periplo insólito de vida a través del cual recorreremos toda la cornisa cantábrica hasta Francia. Al principio para nosotros El Errante será un personaje extraño que nos irá situando en la historia, quien adopta a El Autillo como pupilo, del quien veremos una evolución vital de suma importancia para la trama. Además serán en nexo de unión entre los diferentes clanes antes de que estalle “la primera guerra de la humanidad” entre Neandertales ya asentados en la zona y los Homo Sapiens que aquí entre otras cosas estuvo motivada por la necesidad de ampliar el territorio conforme aumentaba la presión demográfica; y por supuesto el tema de la prevalencia del clan por medio de la fertilidad de las hembras, lo que les empuja a asegurárselas aunque en esta época se las trate como iguales.

En otros capítulos nos ofrecerán narraciones paralelas de otros personajes importantes y simbólicos como Ova (Guardiana de la Diosa) y Ababol (su hija y aprendiz); o bien de Nublo y de su mermado clan. Son subtramas que se irán uniendo al final, cuando se crucen los destinos de los distintos personajes en uno solo. Por ello que las relaciones que establezcan entre ellos formarán parte de la intriga, aportando frescura a la narración.

La canción del bisonte, que también da título a nuestro libro, se reproduce en uno de los capítulos en el que los cazadores hacen un ritual para propiciar su caza. De él depende la supervivencia de mucho de los clanes que se mencionan aquí. Para dar aún mayor peso documental a la novela, su autor nos regala formidables descripciones antropológicas. Las jerarquías están bien marcadas y se describen perfectamente las estrategias de caza o el tipo de fauna y flora. La distribución de los hogares, las formas de relacionarse entre ellos, las costumbres y los símbolos que definen a cada clan. También está muy presente el arte rupestre de las cuevas de Altamira (entre otras localizaciones formidables), el utillaje, el tipo de enterramientos o rituales chamánicos o de iniciación…etc. Todos estos detalles convierten este libro en un cuaderno de campo con el que recordar parte de nuestra historia primigenia, de forma tan afable y apasionante que no querremos despegarnos de sus páginas.

Además, los datos técnicos están supeditados a la narración de forma que su lectura se hace amena. Sin embargo existe un apéndice al final con todas las notas de página que nos permiten reconocer los lugares u objetos que se mencionan en la trama. Y se nota que el autor está muy informado acerca de los últimos descubrimientos arqueológicos de la zona. Por otro lado, también está la cuestión de la convivencia entre los cromañones y los neandertales, en el libro se aprecian las diferencias fisiológicas y anatómicas de cada raza pero también existen datos reveladores que nos dejan entrever una posible unión entre ambas humanidades que explicaría por qué tenemos un cinco por ciento de A.D.N. Neandertal, y lo más importante, la herencia cultural que perduró en nosotros.

Hablar de Antonio Pérez Henares es también hablar de periodismo. Es editor y comentarista político en diferentes programas de televisión y radio. Autor de la saga prehistórica que se inicia con Nublares -entre muchas otras novelas-; regresa ahora con este hermoso canto a la vida que refleja su espíritu viajero y un conocimiento envidiable de la Prehistoria.

Hacía mucho tiempo que no leía una novela que te transmite libertad. Volver a reencontrarse con la naturaleza y mirar al cielo pensando que este nos puede engullir como hormigas, pues no somos más que eso, ante el vasto y salvaje mundo que nos rodea. Un buen libro para autoregalarse, que capta la esencia de los Primeros Hombres, y en definitiva, de nosotros mismos.