“No tan muerto para el mundo”
Por Ana Olivares
«Estoy muerto», así comienza el manuscrito que nuestro protagonista recibe de manos de su amigo librero. El encargo es preciso: debe leerlo en menos de 24 horas. Pronto se da cuenta de que en el texto aparecen algunas líneas subrayadas, aunque aparentemente no guardan relación con lo que se cuenta en él… ¿serán importantes?
Este hecho, sumado a la creciente intriga que genera tanto misterio nos incita a querer averiguar qué se esconde entre sus páginas.
En realidad nos encontramos ante la autobiografía de Ángel Carvajal. Un militar español que se enroló en la Falange y participó en la Guerra Civil obteniendo un puesto importante en el norte de África hasta culminar su carrera como espía. Por lo que la historia está ambientada entre los años 1946-1957 a caballo entre Marruecos y España.
Existe un salto al pasado a través de la evolución vital que implica la narración de Ángel, alias el “Malillo”, lo que nos ofrece la oportunidad de comprenderemos hechos de la historia de España que quizá nunca nos hubiésemos planteado desde una perspectiva tan humana.
Ángel Carvajal, dice estar muerto y cómo lectores necesitaremos aclarar esto. También es interesante encontrar personajes complejos que marcarán un antes y un después en la vida de nuestro protagonista. Pero lo más llamativo de esta novela es que se trata de un libro dentro de otro libro, lo que nos ofrece un nuevo enfoque de thriller histórico que le otroga mayor intriga y emoción a una trama de por sí bastante elaborada y muy creíble, tanto que a veces se nos olvidará que leemos pura ficción.
No quiero adelantar nada acerca de esta historia ya que cualquier dato que aporte puede estropearos la sorpresa, sólo decir que nuestro protagonista fue advertido de joven de la profecía de Sonia Masomenos. Que los fantasmas del pasado siempre regresan clamando venganza y que los «caminos paralelos» de nuestros personajes se entrecruzarán forjando una trama repleta de intrigas políticas, acción y ambición.
José Carlos Somoza es natural de La Habana, aunque se trasladó a Madrid nada más nacer. Tras ejercer como psiquiatra al fin se dedicó por entero a la escritura y desde entonces no ha dejado de crear. Novelas como “La caverna de las ideas”, “La dama número trece” o “la llave del abismo” han sido muy bien acogidas por el público.
Comparado incluso con Carlos Ruíz Zafón –supongo que esta idea responde a que ambos apuestan por el misterio en sus novelas- considero que posee un estilo personal y distinto.
En esta ocasión, Somoza trata a la “ficción” como si fuera realidad por lo que la novela adquiere credibilidad histórica pese a basarse en hechos inventados.