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El futuro es virtual

Por Ana Olivares

Os presentamos la última novela de ciencia ficción de Ernest Cline: Ready player One. Llevada recientemente a la gran pantalla por Steven Spielberg, quien más o menos nos ha ofrecido una imagen de cómo serían los personajes, ya que no se acerca ni queriendo al universo paralelo que nos muestra su autor; pero que ha servido para homenajear su carrera como director y productor cinematográfico, y de paso darle aún más fama y publicidad a una novela que brilla con luz propia.

Corre el año 2044. Asistimos a un futuro distópico en el que la sociedad sufre una terrible crisis global a todos los niveles, mientras que la única salida a la cruda realidad será conectarse a la red de OASIS (Inmersión Ontológica Sensorial Simulada -Siglas en inglés-). OASIS es un sistema de realidad virtual creado por James Halliday, un magnate informático que se ha convertido en el padre de esta “generación post-millennial” gracias a que los primeros círculos de este vasto universo son de acceso gratuito. Como el Ludus, el instituto virtual donde estudia nuestro protagonista, además de ofrecer un sinfín de posibilidades interactivas. Pero como en todas las sociedades avanzadas o no, sólo a través de monedas virtuales (dinero) se puede acceder a las zonas restringidas de OASIS o subir el nivel de usuario. Todo sucede como en “Second Life” a nivel pro pero con graves repercusiones sobre la vida real.

En este sentido, encontramos una crítica implícita de hacia dónde nos puede conducir una sociedad dominada por la tecnología que ha dejado de lado los derechos humanos; ya que la obra se centra en primera persona en nuestro protagonista: Wade Watts, un joven de diecisiete años, huérfano y sin posibilidades de ascender socialmente se ha pasado la infancia conectado a dicha realidad virtual. OASIS es una ventana por la que escapar de su propia miserable existencia y por tanto James Halliday es casi como Dios para él. Conoce cada anécdota de él, y ha jugado a los mismos juegos que usó como inspiración a la hora de crear dicho mundo.

La aventura comienza cuando el creador de OASIS muere y hacen público su testamento. Quien encuentre las tres llaves conseguirá el huevo dorado que se halla escondido en algún recóndito lugar de esta realidad virtual con lo que heredará una gran fortuna y este legado virtual. Aquí es donde entra en juego Wade Watts-Parzival virtualmente-, otro gunter (“egg”hunter o buscador del huevo) que se dedicará a repasar la bibliografía de Halliday con la esperanza de encontrar alguna pista. En cuanto Parzival encuentra la primera llave comienza una carrera por su propia vida, ya que la compañía IOI al mando de Nolan Sorrento contratará ejércitos de sixers o expertos buscadores del huevo que contarán con todos los recursos necesarios para eliminar a cualquiera que ose interferir en sus planes de dominación. Pero sólo los auténticos gunters alcanzarán la victoria en esta guerra sin cuartel.  Se trata de una guerra entre las fuerzas del bien y del mal en la que nuestro protagonista se convierte en un héroe sin pretenderlo. Aunque no estará solo, Art3mis, Aech, Daito y Shoto, le prestarán una ayuda extra y acabarán formando parte de esta especie de resistencia.

A través de él viajaremos a este fantástico mundo en el que el pasado regresa en forma de una cultura pop-vintage rescatada del olvido por la fabulosa y brillante mente del creador de Oasis, que no es otro que su propio autor Ernest Cline.

Lo más interesante de esta novela es que visualmente es muy atractiva. Como lector, gracias a unas descripciones formidables nada largas y concisas, seremos capaces de imaginar fácilmente este universo ficticio. Además, parecerá que estamos jugando en primera persona al meternos de lleno en la piel de Parzival, y cada nivel nos irá acercando de lleno al final de la novela pero al principio de nuestra infancia por la cantidad de referencias culturales que encontramos de la cultura de los ochenta. Los mejores ejemplos de juegos de arcade que se mencionan son Adventure (1979), Black Tiger o Pac-Man (1980); Galaga, Gorf o Tempest (1981); y Dungeons of daggorath (1982)- uno de los primeros juegos de rol en primera persona del mundo real- determinante para el creador de OASIS, ya que inspira gran parte del diseño de este mundo virtual.  Además de películas míticas como la Guerra de las Galaxias, Mad Max e Indiana Jones, entre otras muchas, además de referencias musicales de la época.

En definitiva, que el libro es mucho mejor que la película. Nos transmite esa ilusión y vulnerabilidad infantil de la que se aprovecha nuestro autor para meternos en el bolsillo enseguida. Una carrera virtual y física por la supervivencia dentro de un juego evocador y siniestro al mismo tiempo. Sin duda, Ernest Cline ha sabido coronarse con un solo libro como otro genio creador de la talla de George.R.R. Martin, incluso comparable a J.R.R.Tolkien en menor medida.

Ready Player One es una novela de ciencia ficción para mayores de treinta años. Todo un lujo de lectura apta para “xennials” y para los primeros “millennials” de la historia.

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