Heridas del pasado
Por Ana Olivares.
Esta semana os presentamos una novela policíaca con tintes de novela negra y un marco histórico envidiable. La narración comienza de forma desgarradora cuando los soldados del general Yagüe entran en Asturias para sofocar la rebelión de los obreros de Oviedo en el año 1934. Como constatan las múltiples historias bélicas recogidas en la mayoría de libros sobre el tema, la destrucción y muerte que dejan a su paso es devastadora, sobre todo para el alma de los supervivientes. Tras este suceso y saltando en el tiempo nos metemos de lleno en el caso que le aguarda al inspector Suárez, nuestro protagonista. Durante la nochebuena de 1952, la policía encuentra el cadáver de un hombre en plena casa de Campo de Madrid, donde reside el Caudillo de España. Se trata del joven Manuel Prieto que aparece con varias puñaladas en su cuerpo –“se llamaba Manuel”, incluso parece una canción-.
El inspector encargado del caso, Gonzalo Suárez, es metódico y concienzudo, no se le escapa un caso, y sin embargo, su cinismo e imparcialidad política le favorecen. A pesar de que este carácter parece atípico para su época, es un rasgo inteligente si tenemos en cuenta que se trata de un personaje que no cree en la Dictadura, pero trabaja para los organismos de ésta. Sin embargo, su carisma o atracción sobre el lector también se debe mucho a los personajes que lo rodean, pues están perfectamente caracterizados y cumplen de forma maravillosa los diferentes roles que representan. La realidad que les rodea es cruel, estamos hablando de una época oscura en la que la violencia y la ignorancia dominaban las calles y a gran parte de los altos cargos del Estado. A parte, claro está, de “las persecuciones a los rojos”, que no fueron otros que el bando perdedor de una Guerra Civil. Estos últimos fueron los que más sufrieron y a día de hoy continúan sufriendo por una simple ideología política.
Sería raro no aprovechar para recordar que esta novela trata un tema delicado, muy de actualidad, ya que las viejas heridas del pasado en España todavía no han sanado. Y a este paso ni lo harán. Otro aliciente más para profundizar en la lectura de esta novela policíaca- histórica con tintes de thriller.
Víctor Fernández Correas retrata la España franquista de los cincuenta de una forma sorprendentemente real. Posee una narrativa muy visual con detalles concisos y precisos que visten una trama compleja y repleta de personajes o distintos factores que intervienen sumando acción y suspense a la historia. Además de la historia en sí, la ambientación que nos traslada a una conocer a la sociedad del momento dominada por la Dictadura de Francisco Franco. Todos debían ser afines al régimen y esto era un arma de doble filo que todos usaban en beneficio propio, para conseguir poder.
Conoceremos aspectos muy oscuros de nuestra propia historia, que quizá nos ayuden de alguna forma a dar explicación a la realidad que vivimos actualmente. En muchos aspectos no dista nada de la propia. Seguimos arrastrando temas como el machismo, el patriarcado en sus más amplios poderes junto con la censura a la educación o la libertad personal. Con todo ello quizá comprendamos porqué a día de hoy en España se sigan
protegiendo símbolos de una Dictadura que frenó nuestra evolución y en nombre de la cual se asesinaron a millones de vidas. Y no hablo sólo de la Guerra Civil, si no de las represalias que acontecieron después. Que estamos cansados de ver o leer acerca de Hitler y las dos Guerras Mundiales, mientras eludimos una que aún se está librando en infinitud de hogares.
Se llamaba Manuel, se trata de un retrato en blanco y negro de la España de los años cincuenta, en el que un sabueso de la talla de Suárez debe resolver un complejo crimen en plena Dictadura franquista. Todo un regalo para los amantes de la novela negra-histórica.